Estoy muy de acuerdo. Los planes de pensiones se descartan muchas veces como instrumento de inversión por la mala prensa que tienen. Bien usados, aprovechando sus particularidades, pueden dar muy buenos resultados.
Y esa ventaja se amplia para salarios más altos. Hablo de memoria, pero podría llegar a unos 3.700 € (el 46% de esos 8.000 €).
Ese es el mejor caso. Si prevés en algún momento no tener rentas del trabajo podrás rescatarlos sin tributar. Si estás cerca de ese momento, casi te aseguras esa rentabilidad. Un 46% a por ejemplo 10 años vista es un muy buen punto de partida.
Se puede rescatar como quieras. Una de las opciones es en forma de renta periódica.
Punto muy importante. Más que que empeoren la fiscalidad de los planes de pensiones, que lo veo poco probable (piensa qué pasaría si se pasan 20 años incentivando su uso y luego cambian las reglas del juego en el rescate), me preocupa el típico argumento “que paguen los ricos”. Los planes de pensiones son muy fáciles de asimilar a la pensión pública. De hecho aparecen para complementarla. Y es muy fácil argumentar que el que tenga cubierta esa partida de otra manera vea reducida su pensión pública.
Ya pasa en otros aspectos como en el tema de la pensión mínima. Si cobras menos te la complementan hasta esa pensión mínima, pero si tienes 8.000 € de rentas adicionales no te la complementan. ¿Tiene sentido o no?
Que cada uno decida, pero yo lo que veo es que si tienes rentas no te dan la misma pensión que si no las tienes y has cotizado lo mismo. Si no tienes rentas por mala suerte, imprevistos o lo que sea, perfecto, para eso está el Estado. Pero si no las tienes porque decidiste gastar en vez de ahorrar no me parece justo. O todos o ninguno.
Pero independientemente ya está ocurriendo que si tienes rentas no cobras la misma pensión que si no las tienes. Y los planes de pensiones privados no dejan de ser una renta
Estoy contigo. Una opción muy interesante pero hay que tener en cuenta muchas cosas:
- Cuándo lo rescatarás.
- Valorar el riesgo regulatorio.
- Valorar la rentabilidad del producto.
Y, sobre todo, no hacer lo que hace la mayoría de gente que invierte (o igual debería decir “pone su dinero”) en planes de pensiones, que es hacer la aportación y no mirarlo hasta el momento de la jubilación. Si a eso le sumamos que normalmente optan por los productos de las grandes entidades, el resultado suele ser bastante malo.