¡Hola bonicos! Después de estar agazapado entre los matorrales leyendo unos cuantos hilos, intentando que se me pegara algo de vuestra sabiduría, me decido a abrir este personal. Lo tendré como una especie de diario de mis inversiones, para ver mi evolución y si os apetece comentarla.
Mi historia personal, no es nada del otro jueves 
37 años, vivo en pareja con una niña de casi un año, en una ciudad media de lo que ahora les ha dado por llamar ‘España vaciada’. La casa es de mi pareja, sin hipotecas, ni deudas. Ella arquitecta, el mío un trabajo anodino por cuenta ajena en una farmacia comunitaria.
El estar alejado de los centros de poder, 
hace que ganemos más que suficiente para vivir bien, darnos nuestros caprichos en buenos viajes y restaurantes y también lógicamente para ahorrar.
A raíz de la pandemia, como a todos, se nos cortó la opción de dilapidar dinero en viajes por el extranjero y visitar estrellas Michelín, así que sin quererlo la parte del ahorro creció exponencialmente.
Mi escasa experiencia financiera se basaba en haber tenido preferentes del BBVA que compré con mis primeros ahorros, asesorado por el comercial de turno que decían que estaban hechas para gente como yo ¡qué jodido! 
y luego sin saberlo practiqué la estrategia de ‘carnicero-lechero’ que comenta Josan Jarque en su libro (pillar algún dividendo patrio de vez en cuando y vender cuando la cotización subía).
Supongo que por azar, cayó en mis manos el libro de Jack Bogle y ese remanente familiar empezamos a meterlo en indexados. Ni quería, ni tenía ganas de estudiar complejas formas de invertir y esta encajaba como anillo al dedo.
Más tarde cegado por las luces del ‘Casino Criptomonedas’, vendí mis restos que aún poseía de mis blue chips españolas y lo metí todo al rojo o ¿era al negro? 
con el nefasto resultado que os podéis imaginar. Lo peor de todo esto es que convencí a mi chica y también metió, supongo que era una manera fácil de acelerar la ganancia de capital. Según los gurús de esto, si no vendes no pierdes, pero vamos está más muerto que muerto.
Y al final llegamos aquí. Con la llegada de la pequeña tuvimos tiempo para reflexionar, leer y buscar maneras algo menos pasivas para rentabilizar nuestros remanentes. He leído a los sospechosos habituales Lynch, Browne, Bernstein, Kiyosaki, escuchado podcast y vistas horas de videos en Youtube. Por casualidad me topé con Antonio Rico y su dialéctica sencilla y el fondo de su mensaje me gustó. He leído todos los libros que ha publicado en la Colección Baelo + a algún ‘referente’ nacional aunque este me dejó más bien frío. He seguido a algún cuñado del dividendo que pulula por las redes, pero en cambio veo a gente como Gorka, que me pasa al igual que con Rico, sin idolatrarlos me gusta su retórica y el contenido que publica.