Una historia muy normal
Hoy explicaré un poco mi evolución a nivel de infancia, estudios y trabajo. Es una historia muy normal y que parece de lo más estándar, pero creo que es necesario para meternos en harina en la siguiente entrega.
Infancia
Infancia tranquila y feliz, sin sobresaltos, en un entorno muy agradable y con una evolución muy de acuerdo al guión.
El barrio me marcó mucho porque el ambiente generalizado era de no nos falta nada pero no estamos para muchas alegrías. La mayoría de mis amigos también eran hijos de emigrantes y el barrio casi lo estrenamos nosotros. Primero hicieron los edificios y luego empezaron a solucionar problemillas, como las inundaciones…
Hice extraescolares jurásicas como taquimecanografía o BASIC y salía a la calle bastante poco. Digamos que el entorno no era especialmente constructivo, con problemas como las drogas o las bandas a tiro de piedra, y mis padres me ataban bastante corto. Al llegar Semana Santa, Navidad o verano, directo al pueblo. No me parecía mal plan, la verdad Supongo que mi concepción de la familia viene en gran parte de esa época.
No me faltaba nada, pero el ahorro estaba muy presente en el día a día. Nada de marcas ni gastos superfluos, pero sí caprichos y algunos caros. Un ordenador, una cadena de música, una videocámara… Supongo que interioricé mucho eso, porque sigo viéndolo muy lógico: gasto en lo que me aporta y ahorro en lo que no necesito.
Estudios
En EGB fui un alumno normal pero en BUP y COU mejoré mucho. Tampoco es que tuviera mucha opción, la verdad. El fracaso no era una opción, por lo menos no sin esforzarse hasta el límite. "Mi trabajo es trabajar, el tuyo es estudiar. ¿6 sobresalientes? Es tu trabajo".
Aún recuerdo a mi madre recriminándole a mi padre, cuando pensaban que yo no escuchaba, que se pasaba de exigente. Sólo una vez me felicitó espontáneamente, pero visto con perspectiva lo entiendo. Era su manera de demostrarme lo que era importante para él.
Terminé COU con matrícula de honor y empecé Telecos, la carrera del futuro decían… ¡Ja! O mejor dicho… ¡Doble Ja!:
- Por un lado, se acabaron las buenas notas. De alumno sobresaliente a alumno del montón.
- Y por el otro, de carrera del futuro… ná de ná.
Aun así, acabé la carrera en el tiempo marcado (5 años + Proyecto Fin de Carrera), aunque me retrasé un poco porque el proyecto se me alargó hasta los 18 meses y acabó convirtiéndose en una especie de master de programación.
Mientras tanto, mis padres trabajando como burros. Mi padre en la SEAT esforzándose por acceder a puestos que no le tocaban por su formación y llegando a casa lo más pronto posible para ayudar a mi madre, que cosía para marcas como Simorra.
A mí también me tocaba lo mío, claro. Recuerdo que las clases en la Universidad empezaban a las 8:00h pero me levantaba a las 6:00h para ir con el coche al taller, que estaba al otro lado de Barcelona, a llevar las prendas que mi madre había cosido el día anterior y a buscar más piezas. Y me parecía lo más normal. Si mi madre cosía 14 horas y mi padre trabajaba y luego seguía en casa… ¿cómo no iba yo a ayudar en lo que pudiese?
Trabajo
Fui muy afortunado y no tuve que trabajar durante la carrera (o mejor dicho, mi trabajo era estudiar), pero antes de presentar el proyecto empecé a trabajar en una cárnica creada para adaptar aplicaciones para el año 2000. Fue un accidente y cuatro meses después ya empezaba a trabajar en una empresa nacional del grupo IBM.
Desde entonces, siempre he trabajado en empresas del grupo (Insa, IBM, Insa, IBM y ViewNext), con posiciones de diferentes cortes: programador, analista, arquitecto, jefe de proyecto, coordinador, etc…
Los cambios de empresa no eran voluntarios y venían como pseudo-imposiciones de la empresa. No es que me preocupase demasiado, la verdad. En cada cambio se aumentaba el sueldo y además tenía claro que era una pieza valiosa para la empresa.
El resultado de todo esto es que tenía un sueldo alto comparado con la mayoría de mis compañeros, que era muy empleable internamente y que tenía un perfil goloso para otras empresas competencia de la mía. Eso me permitió forzar más de una vez cambios de sueldo, de responsabilidades e incluso de empresa.
Inicialmente el trabajo me encantaba, disfrutaba muchísimo porque técnicamente era muy interesante y me sentía muy bien haciéndolo. Pero poco a poco fui perdiendo la ilusión y sobre 2012 mi percepción del trabajo había cambiado drásticamente.
En 2016 se produce el último cambio de empresa, de IBM a ViewNext. El cambio en sí era poco importante a nivel efectivo, salvo porque las oficinas estaba a 25 Km de Barcelona en vez de estar en el centro y porque tenía que ir en coche en vez de ir en bici.
Esta es la historia explicada de manera aséptica. En la próxima entrega incorporaré los aspectos más personales, que al final son los que hacen tomar las decisiones: los compañeros de trabajo, los sentimientos, la salud, la familia, el dinero, Los Cazadividendos y la primera vez que pude aplicar el Fuck You Money!