Una especie de grito primario’: el argentino Javier Milei se une a Trump y Bolsonaro en las filas populistas
El presidente electo sudamericano enfrenta una tarea diferente a la de sus compañeros populistas, que se apresuraron a saludar su victoria.
La insurgente campaña electoral de Milei, disputada en gran medida a través de las redes sociales, se inspiró en gran medida en los guiones de Trump y Bolsonaro. Su promesa de acabar con la “casta” política de Argentina evocó el mensaje antisistema de Trump de “drenar el pantano”.
Pero el argentino, un autodenominado “anarcocapitalista” que intenta reducir el Estado lo más posible, difiere tanto de Trump como de Bolsonaro en aspectos clave de su pensamiento y de la organización política que lo respalda.
Su aparente cercanía con ambos es engañosa. Milei, un novato en política, nunca se ha reunido en persona con Trump o Bolsonaro, aunque ha asistido recientemente a conferencias políticas internacionales de extrema derecha. Trump ha dicho que viajará a Buenos Aires para reunirse con Milei, dijo la oficina argentina esta semana.
La elección de Milei, y la de Trump en 2016, fueron una especie de grito primitivo para Argentina y Estados Unidos”, dijo Michael Shifter, investigador principal y expresidente del Diálogo Interamericano en Washington. “Los partidarios de ambos se sintieron atraídos más por sus críticas a la política habitual que por cualquier propuesta política”…
Entre las diferencias “sorprendentes” entre los dos hombres, Shifter dijo que “nadie ha acusado nunca a Trump de ser un libertario como Milei. Al contrario, Trump es un proteccionista consumado. . . mientras que las ideas de Milei sobre política económica se acercan más a las del ahora desaparecido partido republicano del [ex presidente] Ronald Reagan”…
Empresas que pierden dinero y trabajadores que cobran por encima de lo que generan. Ni siquiera aceptan ser los dueños de los negocios en los que trabajan aunque se los regalen. Quieren que les subvencionen sus sueldos por encima de mercado.
Así es todo lo público/estatal. Funcionarios cobrando por encima de lo que producen mientras en el sector privado tenemos que producir para ganar nuestros sueldos y a la vez para subvencionar a todos los funcivagos del país.
Pero si protestas eres un fascista, ultraderechista, insolidario, etc, etc
Se que soy un pardillo, pero no creo que el problema sean los impuestos, en su justa medida, si no el uso que se hace de ellos.
Y quien decide cuál es la justa medida, claro.
Yo no soy partidario de no ayudar a nadie con los impuestos, pero las ayudas no pueden ser gratis. La gente tiene que entender que si recibe una ayuda del tipo que sea tiene que devolverla con trabajo.
Igual me jodería menos cuando Hacienda me mete el sablazo, quien sabe.