Lo he comentado varias veces ya, el tema de la transición ecológica es un por lo civil o por lo criminal. Pero se hace porque yo lo digo y punto.
Igual que antes eran los lobbies “conservadores” por así decirlo los que llevaban la voz cantante, ahora es justo al revés, y son los lobbies “Lo que sea-Friendly” los que marcan el compas y deciden qué es bueno y qué es malo.
Que es bueno y que es malo para sus intereses, aunque a la gente le venden, y con muy buen resultado hasta el momento, que es también bueno para ellos.
Con el agravante de que aquello que no casa con sus intereses no es que no sea bien visto, es que pasa a ser perseguido con deseo de exterminio.
Así pues, al mas genuino estilo del famoso “Exprópiese” original de quien todos sabemos, ahora estos lobbies deciden a quién pueden las entidades financieras financiar y a quién no. Es decir, aunque el negocio como tal sea viable y mas que rentable, se le corta el sustento de la financiación necesaria para su normal desarrollo y punto pelota. Ya pasa a ser inviable y entonces entonan un “ves como no era viable e invertir en ello no tenía futuro”.
Si esto sigue por esta senda, y no tiene pinta de que vaya a cambiar mucho la cosa, es fácil adivinar que, las energías renovables por ejemplo, van a tener un lustroso futuro por delante.
Y después serán los productores de carne de mentira los que triunfarán.
Seguidamente las granjas de insectos sufrirán un boom que las convertirán en el negocio del siglo XXII.
Y por último la conversión de la raza humana a individuos de un único sexo, femenino por supuesto, y la reproducción vía bote de cristal será la megaindustria del futuro espacial.
Y venía hablar del petróleo y tal, pero es que se está poniendo la cosa de tal manera que lo que no se escriba hoy igual mañana ya no se puede escribir .
# Running a Fossil Fuel Business Isn’t What It Used to Be
It’s becoming more and more difficult to be in the fossil fuel business. On both sides of the Atlantic, lawmakers and unelected bureaucrats are turning up the heat, so to speak, on companies over the issue of climate change.
In the U.S. House of Representatives, Democrats have launched an inquiry into whether oil companies have participated in so-called “climate disinformation.” Last week, letters were sent to top executives of Exxon Mobil, BP, Chevron and Royal Dutch Shell seeking records, and hearings are scheduled for next month.
Meanwhile, the Securities and Exchange Commission (SEC) is expected to propose a series of new disclosure requirements all publicly traded companies must make, possibly as soon as year-end, to inform investors about potential climate risks associated with their business.
In Europe, the strategy appears to be to choke off any and all lending to the fossil fuel industry. Next year, the European Central Bank (ECB) is expected to look into the trading operations of major banks in what’s being called a climate “stress test,” and at least one big activist investor group, ShareAction, is pressuring lenders to cut all ties to fossil fuels.
Of course, none of this accounts for the fact that fossil fuels still supply around 80% of the world’s energy.
Or that many leading oil and gas producers are investing billions in renewable energy, including wind and solar, and energy storage technology. Chevron, in fact, just unveiled plans to triple its investment in lower carbon energies to [$10 billion through 2028.]
Un saludo.