Os copio un comentario de Alberto iturralde (ator en diasdebolsa) sobre el bitcoin…no tiene desperdicio…alberto iturralde es alguien muy clarividente al analizar los mercados…y no es que acierte mucho es que a medio largo plazo acierta casi siempre..da miedo…ator es un mosntruo de los mercados
Aprender sobre especulación suele conllevar un alto coste. Difícilmente se presentan oportunidades de observar una burbuja desde el principio y desde fuera. Normalmente te das cuenta tarde, y cuando ya estás dentro; y así difícilmente puedes aprender nada sobre los mecanismos que llevan al error en la actividad bursátil. El sufrimiento de las pérdidas altera nuestra capacidad de aprender.
Para eso el fenómeno del Bitcoin ha sido una bendición. Un activo que es una “nada” fácilmente identificable como tal, pero a la que se ha asociado una “ilusión” repleta de conceptos absurdos vinculados a su pretendida naturaleza de moneda valor, y que ha llevado a los ciudadanos con tanto dinero de más como cerebro de menos, a entregar lo primero a los pícaros, que toda la vida han sabido beneficiarse de los ignorantes.
“¡¡¡¡El Oro del siglo XXI!!!”, “¡¡¡¡Oro 2.0!!!” pregonaba uno de los más hábiles vendedores de negocios que ha conocido el siglo XX, y a este paso también el siglo XXI. Wenceslao Casares, en una entrevista en la que promocionaba su último proyecto vinculado con el Bitcoin, recomendaba destinar una pequeña parte de nuestro capital a adquirir esta criptodivisa, bajo riesgo de un 20% (estimado por él) de perderlo todo, pero ¡¡¡ay amigo!!! si la cosa sale bien ¡¡¡todo lo que puedes ganar!!! Y esto lo decía en la misma entrevista en que calificaba al Bitcoin como “el Oro 2.0”, como si el oro hubiera tenido en algún momento de la humanidad la posibilidad (ojo, sólo posibilidad, no probabilidad) de haberse valorado en cero (valer nada).
Así es, comentarios de este tipo por alguien interesado en la revalorización del Bitcoin ofenderían la inteligencia por claramente contradictorios, si no fuera porque normalmente en la especulación hay cualquier cosa menos inteligencia. La ilusión de quienes desconocen, en este caso, las características intrínsecas de una moneda les lleva, por ejemplo, a creer en la fantasía de una moneda descentralizada, cuando en realidad lo que da valor a una moneda es estar centralizada en un organismo, actualmente asociado al Estado, que le dé confianza (véase la Reserva Federal en EEUU o el Banco Central Europeo en la Unión Europea) y la imponga como medio de cambio legal. Y así con un sinfín de aspectos de las criptodivisas que las invalidan como moneda pero que, para quienes han entregado ilusionados su dinero a cambio de la absurda esperanza de beneficios, son justo las características que las convierten en las monedas del futuro.
No se puede ser más ignorantes por una parte ni más pillos por otra. Es la propia historia de la Bolsa a lo largo de los siglos. Y a tal magnitud ha llegado la bola de nieve que ya ha comenzado la pelea entre granujas, no sólo porque viendo lo estúpido que puede ser un ciudadano de clase media-baja a la hora de entregar su propio dinero de más a cambio de un poco de ilusión han aparecido nuevos pillos inventándose sus nuevas criptodivisas, sino porque los peces gordos, los JP Morgan de turno están viendo que parte del dinero que robaban legalmente manipulando el mercado está yendo a las manos de estos nuevos caraduras advenedizos.
De traca cómo la estoy gozando y aprendiendo gratis sobre la estulticia humana asociada a la codicia de un beneficio rápido y fácil. Horas de escucharme los podcast de los promotores de las criptodivisas alentando la paciencia y a no precipitarse vendiendo Bitcoins durante la caída, por aquello de que no hay que dejarse llevar por los pánicos, “ya lo advierten los gurús de Bolsa” decía el último que he escuchado. Me parto.
Comienza la procesión del clavo ardiendo. Una pequeña parte de engañados dando esperanzas a la otra parte, más masiva, pero con menos arranque para ponerse delante de un micrófono o una cámara doméstica a compartir sus fantasías vía Ivoox o Youtube. Y los unos apoyados en los otros, como si todos cayendo a la vez fueran a librarse del tortazo.
Y nosotros pudiendo observarlo desde fuera, tranquilamente, comprendiendo cómo funcionan los resortes de la ludopatía especuladora, cómo cometen errores los humanos que aburridos de su vida carente de emociones, buscan en la Bolsa (no se engañen, lo del Bitcoin es Bolsa pura y dura, en sus peores términos) un aliciente que no encuentran en la cotidianeidad de su trabajo, hijos y demás responsabilidades asumidas sólo para ser aceptados por su entorno.
Bendito Bitcoin.