Al final me vais a hacer seguir hablando, jajaja. Todo esto viene del estudio que se publicó hace unos días en este hilo, que por cierto yo ya había visto hace unas semanas y que derivó en (una más) conversación con mis amigos al respecto. El problema es que no hay una respuesta que dé la solución. Y es una putada porque nosotros seguimos dirimiendo qué hacer.
Empiezo a hablar tirando de clasismo y cuñadismo a tope, aviso. A mi me pesa para elegir entre privado o público no tanto la parte educativa sino la emocional-social. Es decir, la parte educativa es que no hay manera de controlarla, quién carajo sabe qué profesor/a le va a tocar en según qué año, ¿le inspirará? ¿le motivará? ¿Serán funcionarios (público) con hastío y sin vocación por los años enseñando? Nada, que la parte educativa depende muchísimo del maestr@ que toque. Puede estar en el colegio con más prestigio de la ciudad y tocarle alguien que no le provoque esas ganas por aprender que entiendo que todos buscamos en nuestros hijos.
Total, la otra parte. A mí hay algo que me gusta de la privada y es, no sólo los contactos a largo plazo, como dice mi amigo, sino el dar por sentado que vas a estudiar o emprender. Es decir, en la privada principalmente los padres de esos niños (clasismo) serán profesionales, empresarios, con probablemente (clasismo, ya paro) unos estudios más altos que la media de la pública. Esto al final se nota, no es lo mismo, la amplitud de miras, el tener claro que puedes ser cualquier cosa, que tus padres y los padres de tus amigos (imaginemos a la hija de Amancio Ortega) tengan unos puestos de trabajo a que tus padres sean curritos. En el primer caso normalizas que vas a ir a la universidad y ser empresario/jefe/profesional, ser un directivo, en el segundo puede que normalices estar en el último eslabón.
La parta mala que no me gusta de la privada es que irremediablemente los niños, en muchas ocasiones, son unos cabr****. La sensación de escalones, de mirar por encima del hombro porque mi padre es no sé quién, es mucho más alta. Sobre todo a partir de la pubertad. Y lo más importante: la cultura del esfuerzo. En mi opinión hay un riesgo mayor de que un niño, por con quién se relaciona, lo que ve, que vaya a la privada derive en acomodarse y tire por tierra unos valores que queremos inculcar, que es el trabajo duro, la constancia, la perseverancia, ser hormiga y no cigarra. Si alguien me garantizase que eso no lo van a perder, me pensaría en cambiarlas al colegio privado.
Un saludo y disculpad lo mal que me he expresado pero es que no tengo tiempo de nada 