Finalizado el libro de los remordimientos vitales.
Interesante libro que habla de los remordimientos principales que tienen antes de que se ejecute el impuesto de transmisiones patrimoniales. Contado por una persona que trabaja una década como cuidados paliativos (cuidar de estas personas hasta el fallecimiento).
Va contando las cosas mezclándolas con su vida personal y visión de la vida, lo que le da un toque happyflowerpower que al final apesta y de obliga a hacer lectura rápida en determinados capítulos (como la historia de su depresión, auto-represión etc).
Si quitamos la paja (>1/3 libro), habría quedado una muy buena lectura.
1.- Ojalá hubiese tenido el valor de vivir mi vida y no la que otros querían que tuviese.
La mayoría de las veces, viene por condición social y familiar. El no divorciarse en la época por estar mal visto, el hacer una carrera que no te gusta por presión familiar…
2.- Ojalá no hubiera trabajo tanto.
Un clásico. Nadie ha escuchado a un paciente terminal decir “ojalá hubiera trabajado más”.
Habla de alguien que a pesar de tener dinero de sobra (muy alto ejecutivo), cuando los hijos se emanciparon, no hizo caso a su mujer y siguió currando en proyectos empresariales, fusiones etc mientras ella envejecía en casa. Cuando se dio cuenta era demasiado tarde y ella muere de cáncer (parece una película).
Es verdad que en esta sociedad, muchas veces uno termina fusionando su identidad a su trabajo. Al llegar la jubilación he visto varios casos que se encuentran perdidos, porque todo lo que han hecho en su vida es currar y no tienen hobbies, o grandes relaciones. Han de empezar de cero y estar en casa se les hace un mundo.
En este foro pocos debe haber así . Pero es un aviso. El trabajo satisfactorio no es trabajo, pero recordemos independientemente estemos a gusto, no es más que un medio (ganar dinero), para alcanzar un fin (ahorro, pagar facturas, viajes, invertir…).
3.- Ojalá hubiera tenido el valor para expresar mis sentimientos.
Pues eso. No decir a veces lo que sentimos y permanecer herméticos. Tanto en relaciones o en familia. Cuenta un caso de un hombre que se fue con el sentimiento que su familia (mujer-hijos) no lo conocía en realidad.
Seguramente, este es uno de los puntos más difíciles de hacer. No estamos habituados a expresarnos, decir lo que sentimos abiertamente. Así nos ha hecho la sociedad.
Yo estoy haciendo progresos:
Pero a veces el resultado no tiene por qué ser el esperado.
Creo que ser un poco más blandengues no tiene por qué ser malo, y podemos aprender mucho del Fari
4.- Ojalá hubiera mantenido el contacto con mis amigos.
La soledad al final de la vida y los remordimientos por no saber de aquellos que compartieron tantos litros de alcohol contigo.
Cuidado de la pareja-ventosa que te aisla.
Al final, se trata de tener algo de tiempo para ti, no desaparecer en las tareas de rutina y deberes porque entonces no queda nada. Un café, algún día en el gimnasio o una excusara quedar y hablar.
Porque, seguro que casi todos tenemos mucha más facilidad de contarles cosas y expresarnos mejor que incluso con familia.
5.- Ojalá me hubiera permitido serás feliz.
Gente que se auto-flagela por situaciones previas de la vida y se convierten en amargados que también amargan a los demás.
En fin, como me dijo una amiga mía: Luís, muy bien, pero mejor dedícate a otras lecturas.
De lo que nadie se puede arrepentir aquí es de no haber aprovechado la comunidad que tenemos para expresarnos, compartir, leer, aprender, crecer, unas risas (por ej. conversación Cruzcampo en el hilo de @ifrobertocarlos )
Ahora paso a lecturas más sabias.
Recomendación sacada del magnífico podast de Juan Such. En uno de los capítulos dedicados a Taleb.