Metaverso

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Reconozco mi incapacidad para diferenciar cuándo este tipo de artículos son serios y cuándo puro trolleo/clickbait/humor financiero. Y no debo ser el único, a juzgar por el -55% que lleva la acción desde máximos. Con la pasta cachondeítos los justos.

Me recuerda a una serie llamada Upload en Amazon. Al final, la ficción se convierte en realidad

Ignorar por favor el comentario de 48.000 millones invertidos…

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Llevamos un año y el fracaso del metaverso es rotundo. Ayer leía cómo los inversores le han cantado las cuarenta a Marc y le van a limitar los fondos anuales a gastar en este juego. Una pena, pero del todo previsible.

Pienso que no se puede considerar que el metaverso ha sido un fracaso en un periodo de tiempo tan pequeño. El propio Marc jamás pensó que iba a ser rentable en un año ni 3. Su único objetivo es ser el primero en crear “EL” metaverso, y es consciente de que la tecnología a día de hoy no lo permite.

Lo que si que se le puede culpar tal vez es de agresividad. Cambiar el nombre de una empresa y recortar a la mitad el Free cash flow por aumentar el capex a unos niveles absurdos es una decisión un poco cuestionable. Sobre todo cuando sabemos que es una decisión que de dar sus frutos, será a muy largo plazo.

También es cuestionable la agresiva recompra de acciones en el momento que la hicieron tal y como estaban las cosas.

Como es normal los inversores han respondido con desconfianza bien reflejada en el múltiplo. Desconfianza que de por si siempre ha estado presente, Meta siempre ha sido la más sensible de las MAANGs, pero esto ha sido la gota que colma el vaso.

Con suerte reduce ese capex y se centra en fortalecer sus áreas de negocio actuales aprovechando las oportunidades que aun tiene inexplotadas como Whatsupp, mejoran los términos con Apple, sigue invirtiendo en infraestructura y el mercado devuelve su múltiplo histórico a medio/largo plazo.

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No te digo que ganar dinero sea la prioridad de Facebook, pero si no es eso imagino que querrán cuota de mercado; y es que ni eso tienen.

Llevan un año y sólo lo usan seis personas. Mira la iniciativa de la Unión Europea, gastando cuatrocientos mil eurazos en promocionarlo. Si de setecientos millones de personas sólo van seis… pues lo que te digo, un fiasco en toda regla.

No creo que esa reunión sirva para medir el éxito del metaverso.

Si hubiera sido un evento de por ejemplo Ibai, ¿No crees que las cifras de asistencia hubieran sido bastante diferentes?

Igualmente no digo que el metaverso sea algo a día de hoy pero que un evento como este falle no creo que sea relevante.

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El tema no es si el metaverso pita o no pita, el tema está en que una vez más, nuestros “amados” políticos vuelven a tirar con pólvora de Rey. Gastarse la pasta en este tipo de sandeces en estos momentos me parece algo insultante. Que sí, que habrá muchos que digan que ese dinero es el chocolate del loro, pero es que como decía el anuncio, tacita a tacita … pues eso. Pero hemos llegado al punto en el que el tema es si le va bien el negocio al brevas del marck en vez de cuestionarse en que se funden los billetes, NUESTROS BILLETES, los “señores” políticos.

Un saludo.

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¿Estos son los que van a limpiar de corrupción España?

Que bien se vive de los impuestos

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Mark Thunderberg mata el Metaverso. Pues sólo ha hecho perder 26 mil millones a sus inversores en tan sólo 2 años. No es para tanto.
En fin, lo que anunciamos en su día. Un fracaso anunciado el día de su lanzamiento. Espero que no hayáis perdido mucho.

Me meto a este hilo a compartir unas reflexiones en voz alta sin conclusión alguna.

AVISO: Me ha salido un tochazo muy largo, lo siento.

Aclarar que no tengo ninguna posición en Meta, pero me propuse meterle un paquetito de $1000 si bajaba por debajo de los $100. Cosa que hizo, pero por la apreciación del USD respecto al EUR desde que me marqué el objetivo al final no llegué a comprar (ya hubiera hecho un bagger).

A lo que iba. No sé qué recuerdos tienen los foreros de los primeros años de la web. Yo soy del 80, y tuve conexión a Internet en casa por primera vez en 1995, con Windows 3.1 y un modem de 14.400 bps. En aquella época el e-mail se leía con Eudora, se chateaba con el mIRC, descargábamos archivos mediante FTP (descargábamos música en mp2, y no es un error tipográfico, el mp2 existió antes que el mp3) y existían otros protocolos que creo que ya están extintos a todos los efectos, como Gopher o Archie. Seguro que a más de uno os suenan.

Yo tenía 15 años, y en mi instituto creo que éramos 2 los que teníamos internet. Las empresas grandes estaban empezando a tener su propia página web, pero no tenían mucha idea de qué hacer con ellas. Muchas veces eran poco más que una “tarjeta de visita” con su logotipo, datos de contacto y poca cosa más.

Los usuarios nos dedicábamos a buscar fotos de Pamela Anderson en pelotas, que tardaban una eternidad en descargar. Algunos hacíamos nuestras propias webs con el bloc de notas de Windows contando nuestras aficiones y chorradas, y nos escribíamos por e-mail con otros zumbados que hacían lo mismo. Era la época de la infame Geocities, gifs animados, música sonando en formato midi, una textura de fondo (o el fondo gris por defecto) y colores chillones por todas partes.

En aquella época yo alucinaba con las posibilidades que aquél invento ofrecía. Me escribí con un japonés que estudiaba en Texas, y al que alojé en mi casa una semana en verano mientras visitaba España. Leía sobre cualquier tema que me interesara en webs americanas, casi no había información en español. Incluso compré en Amazon en 1997 (o 1998, no me acuerdo con exactitud).

Mis compañeros de instituto decían, y cito tan literalmente como la memoria me permite: “Esto no tiene futuro. Es muy lento y está todo en inglés”.

Pero se hablaba de Intenet, muchísimo. “La aldea global” fue uno de los términos que se pusieron de moda. Había revistas “de Internet” en los quioscos, con listados de webs que recomendaban visitar. Los buscadores en aquella época no eran tan eficientes, tenías que dar de alta tu web en cada uno de ellos, y Google aún no existía.

Más adelante, en 2001, monté un “cibercentro”. Esos locales a los que los chavales acudían a jugar en red a juegos como el Counter Strike o el Quake III y echar miradas furtivas alguna página porno sin vigilancia paterna. Los estudiantes venían a usar internet para no tener que hacer fila en las salas de ordenadores de las facultades, y los inmigrantes para abrirse una cuenta de Hotmail y escribir a casa, imprimir un curriculum e incluso para hacer alguna videoconferencia por webcam. Lo pude mantener abierto hasta diciembre de 2003. Hubo varías causas (la adopción del euro hizo pupa, la gente tardó en acostumbrarse y disminuyó el gasto en cosas superficiales), pero en 2003 lo que mató el negocio –a mí y a la mayoría de competidores, aunque aún existe alguno abierto– fueron las ofertas agresivas de ADSL para hogares. Todavía en 2003 lo normal era que un hogar contratara ADSL de 256 kbps, y en el cibercentro teníamos la de 2 mbps, que era la de mayor ancho de banda se se podía contratar.

Entre 1995 y 2003 la web cambió una barbaridad, sin duda. La adopción masiva de Internet en los hogares en España en torno a 2003 ya iba tarde en comparación con otros mercados, pero creo que el periodo es muy significativo. Del “esto es muy lento y no tiene futuro” a multitud de hogares conectados.

Me recuerda un poco a lo que se decía también en 1995-1997: “Yo nunca tendré móvil, eso es de pijos” (yo tuve el primero en 1996).

Personalmente, aunque no me dedico al mundo de la IT en absoluto, ese contacto temprano con internet, aprender a hacer webs picando HTML a pelo en el bloc de notas y todas estas cosas me han facilitado mucho la vida en todo tipo de aspectos, personales y laborales.

Por ese motivo, con toda esta película del Metaverso el año pasado decidí comprarme unas Oculus Quest 2. No es que crea que el Metaverso vaya a ser una nueva revolución, no tengo ni idea. Pero me pareció una inversión razonable por si aquello en algún momento despega. Si acaba siendo una nueva “capa” de Internet yo quiero estar allí desde los primeros tiempos, por si me puede beneficiar de algún modo a nivel personal o laboral como lo hizo Internet en su momento.

Llevo un año con las gafas y la sensación que tengo es “igual que Internet en los 90, tomo el mundo habla de ello pero nadie sabe qué demonios hacer”. Hay plataformas como VRChat (en la que ya no entro, porque sólo veía críos dando voces) que me recuerdan a Geocities por lo cutre que es. Hay muchísimos avatares creados por usuarios, algunos más logrados y otros cutres hasta decir basta, todo muy chillón y hortera. Otros “metaversos” a los que he entrado están vacíos y son muy “cuadriculados”. El de Meta está también bastante vacío, a nivel gráfico parece cutre, pero tiene más sentido del que parece:

Hay un problema técnico de resolución. La pantalla tiene muy buena resolución, pero a pesar de que las lentes hagan que parezca que está más lejos, en el fondo es una pantalla pegada a los ojos. Acercaros a vuestra TV 4K y miradla a unos pocos cm. La definición no tiene nada que ver con lo que veis desde el sofá. Por eso, al margen de otras cuestiones técnicas, el “metaverso” de Meta tiene unos gráficos tan simplones. La sensación de inmersión es mayor cuando se utilizan colores sólidos, degradados y efectos de iluminación. Si le meten más texturas los efectos son variopintos (esto se ve en los videojuegos, las texturas de las cosas “cercanas” se ven bien, pero cuando miras al infinito todo parece algo más borroso).

Diría que este ha sido el primer error de Meta: lanzar un producto que la gente no entiende aún en el aspecto visual. Está muy por debajo de los gráficos de los videojuegos actuales, la gente tiene otro tipo de expectativas.

Existe otro problema bastante curioso. Cuando tu entras en un metaverso de estos, si quieres relacionarte, que es lo poco útil que se puede hacer ahora, tienes que HABLAR. Esto no es como el chat, en el que escribes y la otra persona no escucha tu voz, no te oye carraspear o titubear, y no sabe si tienes una voz de pito o de barítono.

Creo que esto es importante, aunque ahora la gente se comunica con mensaje de voz por WhatsApp, lo hace con gente que ya conoce. En 1995 veíamos una web personal de alguien con nuestra aficiones y le escribíamos un mensaje en el libro de visitas: “Me ha encantado tu web, a mí también me gusta X, si te parece escríbeme a mi e-mail tal@cual.com”, o directamente le enviabas un e-mail. Era más impersonal, daba menos corte y menos miedo. Un poco como ha pasado con redes como Facebook o Instagram, dentro de cierto anonimato o semi-anonimato la gente tiene menos reparos en conocer gente nueva.

Pero la voz es algo casi tan personal como nuestro aspecto físico. Puede que en el metaverso llevemos un disfraz, pero la voz sigue siendo nuestra. A veces se ven grupitos de personas conversando (casi todos críos o gente muy joven, a juzgar por el tono de voz). Pero lo que no se ve a menudo es gente que se te acerque diciendo, “hola ¿qué tal?, ¿qué haces por aquí?”. Leñe, ni yo mismo lo hago, no me veo acercándome a un extraño y entablando una conversación de viva voz. Es más, normalmente tengo activada una función que convierte la voz de los demás avatares en un “blablabla” ininteligible.

Este es, a mi juicio, el segundo gran problema. Requiere romper una barrera un tanto íntima, la de usar tu voz con un extraño del que sólo ves una imagen virtual que no se corresponde con su aspecto (o al menos no lo sabemos). No es como pedir indicaciones o la hora por la calle, que es algo más cotidiano, es más como la imagen típica de película americana en la que un extraño entabla una conversación en una cafetería, pero en ese caso VES a la persona a la que OYES. En el metaverso OYES pero lo que VES es un disfraz.

Creo que es algo que hay que experimentar, y que por supuesto variará de persona a persona.

Toda esta tecnología de la realidad virtual tiene bastantes aplicaciones: hay diseñadores de coches que la utilizan para hacerse una idea de cómo afecta la iluminación exterior al interior de un coche en desarrollo antes de construirlo, me suena que se utiliza también en ámbito militar como simulador, se utiliza en terapias de rehabilitación junto con exoesqueletos (esto es impresionante, no voy a hablar del tema porque no soy especialista, pero la RV puede hacer que “el cerebro aprenda cosas”).

Es decir, que no tengo dudas de que la tecnología de RV va a ir implementándose en cada vez más aspectos del mundo profesional, y en algún momento personal. Y en algún momento las empresas y los usuarios encontrarán algún tipo de utilidad en la comunicación B2C y/o B2B. Si será en esa forma de metaverso de la que se ha hablado ahora o de otra forma que no podemos ni imaginar, no tengo ni idea.

Lo que os garantizo que en 1995 poca gente imaginaba que algún día vería películas a la carta a través de Internet (o que podrías manejar una máquina de la empresa desde casa con tu teléfono móvil).

Lo que intento decir es que es muy pronto para saber si esto tiene algún futuro o de verdad ha nacido muerto. Desde luego, ahora está muerto, pero hay cadáveres que reviven cuando menos te lo esperas.

Pues eso, reflexiones en voz alta.

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Os pongo un video de uso real de realidad virtual en un entorno de trabajo mundano. Para reponer los estantes de bebidas en los Family Mart de Japón (tiendas tipo 7Eleven).

El sistema en sí es más complejo, y no es “metaverso” tal y como nos lo cuentan, porque incluye un robot sencillo y algoritmos de IA, pero cuando se produce algún fallo inesperado un operador puede tomar el control del robot mediante un set de RV:

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Interesante reflexión sobre como percibimos la tecnología en función de nuestras expectativas. He de reconecer yo soy del pong, así que los aspectos visuales no los considero indispensables si la funcionalidad no acompaña. Lo que tengo claro es que de aquí a dos o tres años cuando vayas a comprar un inmueble, te vas a “sumergir” en el metaverso de un reit. Irás igual con un avatar como de “wii”, pero lo que vas a ver será muy real y muy inmersivo…

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