Un 15% de aranceles, y además Europa se compromete a invertir 600.000 millones de $ en EE.UU. y a comprar 750.000 millones de gas y armamentonorteamericano.
¿Cómo va a obligar la comisión europea a las empresas europeas para llevar a cabo estas compras y estas inversiones?
Draghi proponía que Europa realizara una inversión de unos € 800.000 millones para transformar su modelo económico, cifra que hace menos de un año se consideró inviable.
Lo mismo en la letra pequeña las cosas tienen más sentido, pero leyendo sólo el titular a mi me parece un despropósito para Europa.
Es decir, la paridad de la moneda ya ha provocado un encarecimiento de las exportaciones europeas de un 12,6 %. Ahora el 15 % de aranceles provoca que con relación a Enero’25 los productos europeos se han encarecido para los “americanos” en un ( 1,126x1,15) casi 30 %.
Seguro que muchos americanos intentarán comprar productos de sustitución de los europeos pero muchos otros seguirán comprando los susodichos productos siendo los consumidores americanos los que realmente van a pagar los aranceles trumperos y no los fabricantes europeos.
Los fabricantes europeos cuyos productos sean fácilmente sustituibles tendrán que conformarse bien con vender menos ó bien con seguir vendiendo con márgenes mas bajos ó bien espabilándose en buscar los subterfugios que les permitan disfrazar el origen del producto.
Habrá que leer la letra pequeña del acuerdo…¿ más deuda ?
De gas licuado ya se le viene comprando una parte y supongo que otra parte será a costa de no comprar nada más a los rusos. También habría que dejar de comprar a otros proveedores como por ejemplo los del Golfo Pérsico y algún otro. Si no es suficiente, el sobrante habría que intentar revenderlo a otros países aunque fuera perdiendo dinero. Soluciones hay aunque seguro que perdiendo dinero.
Salu2
De armas, una parte ya la estábamos pensando en comprar con lo del rearme europeo. Del resto, habrá que revenderlo en el mercado.
La clave es que las tarifas de China han aumentado más que las de la UE y esto nos favorece, es nuestro principal competidor. El dólar débil favorece a las empresas americanas que produzcan localmente pero no son nuestros principales competidores, por lo menos a medio plazo. Os recuerdo que el desempleo en EEUU es del 4% y el sueldo medio es mucho más alto, incluso tras la devaluación.
Pero esta semana “podría ser la más crucial del año”, afirmó Mike O’Rourke de Jones Trading.
El aluvión de datos comenzará el miércoles por la mañana con la publicación del PIB estadounidense del segundo trimestre, seguido horas después por una decisión de la Reserva Federal. El viernes, el Departamento de Trabajo publicará su informe de empleo de julio.
La temporada de resultados corporativos también está alcanzando su punto álgido. Microsoft y Meta, la matriz de Facebook, publicarán sus resultados después del cierre del mercado el miércoles, seguidos por Apple y Amazon el jueves. Los cuatro grupos tienen un valor de mercado combinado de más de 11 billones de dólares, lo que significa que el precio de sus acciones tiene una influencia descomunal en Wall Street.
O’Rourke señaló que cualquiera de estos eventos económicos o corporativos “tiene el potencial de influir en el mercado por sí mismo”.
Jay Powell adopta un tono agresivo mientras la Fed desafía las peticiones de Donald Trump de recortar los tipos de interés.
Dos miembros del comité de votación del banco central discrepan de la decisión de no reducir los costes de los préstamos.
La Reserva Federal ha señalado que podría mantener estables los tipos de interés al menos hasta septiembre, desafiando así los reiterados llamamientos de Donald Trump para que el banco central reduzca drásticamente los costes de financiación.
El banco central dejó sin cambios los costes de financiación entre el 4,25 % y el 4,5 % tras una reunión celebrada el miércoles, a pesar de la agresiva campaña del presidente estadounidense para recortarlos al 1 % y la continua incertidumbre sobre el impacto de su política comercial en la economía estadounidense.
Los gobernadores de la Fed, Michelle Bowman y Christopher Waller, discreparon de la decisión, argumentando que el banco central debería haber recortado los tipos. Esta fue la primera vez desde 1993 que dos gobernadores se opusieron formalmente a una decisión sobre los tipos.
El presidente de la Fed, Jay Powell, declaró tras la reunión: «Me parece —y a casi todo el comité— que la economía no está funcionando como si una política restrictiva la estuviera frenando indebidamente».
Aun así, advirtió que «también existe un riesgo bajista para el mercado laboral en los próximos meses».