Bueno, que el mercado se equivoque es una cosa y que yo sea capaz de identificar esos errores es otra bien distinta. Parece lo mismo pero no lo es. El mercado puede equivocarse todo lo que quiera que a mí no me sirve de nada si no soy capaz de sacar ventaja.
Cómo diría Malkiel:
O unos siglos antes Juan de Lugo: “El precio justo depende de tantas circunstancias que sólo Dios lo sabe“.