Hola a todos.
Me asomo de nuevo por aquí para hacer la actualización semestral de cartera y comentar mis resultados de este año que ahora termina.
2017 era un año especialmente señalado en el calendario de mi vida. Este ha sido el primer año completo de IF real, sin el más mínimo apoyo regular de otros ingresos que no sean los procedentes de mi cartera, tras haber agotado la prestación por desempleo en Noviembre de 2016. La incertidumbre existía, pues no es lo mismo hacer unos cálculos teóricos sobre el papel, que tener que demostrar con hechos la capacidad de generar un flujo de caja suficiente como para vivir de forma acorde a las propias pretensiones. Aunque realmente no esperaba grandes contratiempos, por la evolución de la cartera en los periodos precedentes, el futuro siempre es una incógnita hasta que llega el momento de vivirlo.
Mi perfil inversor cada vez está más alejado del B&H. Las rotaciones han sido tan frecuentes este año que incluso me alejan del inversor en valor y me acercan más al swing trader. Sin embargo sé que esto es coyuntural y que en el futuro una parte importante de la cartera será bastante más estable.
Una vez conseguido el objetivo prioritario de conseguir un sueldo digno y estable mediante dividendos, hay que seguir modelando el diseño de la cartera. Estrategias válidas hay muchas, pero no creo que nadie pueda asegurar que unas funcionen siempre mejor que otras. En primer lugar porque eso dependerá de la situación, siempre cambiante, de los mercados; y en segundo lugar porque eso también depende de las necesidades, preferencias y perfil de riesgo de cada inversor, que son diferentes.
Está claro que no tenemos tiempo material para probar diferentes estrategias en exclusividad, pues como mínimo harían falta 5 años de prueba, y probablemente el doble mejor, para cada una de ellas. Por otra parte, no siempre resultan útiles y aplicables las experiencias exitosas de otros destacados inversores del pasado que tuvieron el detalle de dejarnos sus ideas por escrito, pues los tiempos cambian deprisa. ¿Alguien se acuerda ahora del número de Graham? Pues eso. Ahora tenemos criptodivisas, CFDs, opciones, posiciones cortas, roboadvisors, etc, etc, además de empresas tecnológicas, de ventas, de asesoría y de servicios muy distintas a las de hace pocos años, gracias a internet, y quien sabe lo que tendremos apenas dentro de unos años más.
Ante esta perspectiva cada vez estoy más convencido, y más si se empieza tarde en la inversión como es mi caso, de que una multiestrategia tiene aspecto ser un enfoque adecuado. Es seguro que no se obtendrá la mayor rentabilidad posible, al diversificar estrategias, pero parece probable que el rendimiento obtenido sea bastante satisfactorio.
Con esta idea en mente, y para plantearme un objetivo de crecimiento a medio plazo, he recuperado la estructura de una gran cartera formada por diez sub-carteras con igual ponderación, al 10% cada una de la cartera total.
Una de las tareas de este semestre ha sido entonces distribuir los valores que ya tenía, y los que he ido adquiriendo últimamente, en alguna de estas carteras. Para el tamaño de cartera que tengo en mente, que sería con un capital un 60% superior al actual, cada sub-cartera estaría formada por un máximo de 15 valores. Un objetivo ambicioso pero realista, teniendo en cuenta que también tengo que vivir de la cartera, sería haber incorporado ese 60% adicional de capital en algún momento del quinquenio 2022-2027, como objetivo motivador de medio-largo plazo.
La distribución actual de la cartera, a 31 de Diciembre de 2017, se muestra a continuación:
- CARTERA DE LIQUIDEZ. Incluiría las cuentas operativas, el fondo de emergencia, liquidez pendiente de inversión, renta fija e inversión monetaria. Llena al 27,38% de su objetivo futuro. No hay ahora nada de renta fija ni monetaria.
- CARTERA SELECTA OCU. Incluiría las acciones de la “Cartera Experto en Acciones” de la OCU e iría siguiendo aproximadamente sus modificaciones. Está al 111,81% de su capacidad, pendiente de descargar en algunos valores e incorporar otros.
- Con un 3% del total de cartera: Vodafone, Telefónica, IBM
- Con un 2% del total de cartera: Mapfre
- Con un 1% del total de cartera: Repsol, Iberdrola, Rio Tinto, Engie, BMW, AXA, Exxon, Intel
- 10% CARTERA COMPRA OCU. Formada por una selección de los valores que tenga la OCU en consejo de compra. Está ahora al 62,92% de su tamaño futuro.
- Con un 3% del total de cartera: National Grid
- Con un 2% del total de cartera: Gas Natural, MDC Holdings
- Con un 1% del total de cartera: Enagás, Intesa Sanpaolo, EDP, Chevron
- 10% CARTERA GEOGRÁFICA OCU. Para llegar a mercados con bolsas de difícil acceso, o comisiones demasiado elevadas. Básicamente mediante fondos y ETFs. Ahora llena al 10,23%.
- Con un 2% del total de cartera: Fidelity Australia
- 10% CARTERA DE ALTOS DIVIDENDOS. Valores con RPD superior al 5% (una vez descontada la retención en origen). El número de valores es actualmente el deseado, pero la cartera está al 175,80% de su tamaño final, debido a diferentes promedios a la baja y a que era un tipo de valor muy abundante en cartera antes de la reestructuración. Se irá gradualmente reduciendo.
- Con un 4% del total de cartera: Seaspan (8,53), BT (6,93)
- Con un 3% del total de cartera: SES (9,14), Centrica (8,72), Técnicas Reunidas (5,83)
- Con un 2% del total de cartera: Energy Transfer Partners (7,90), Endesa (7,39), SSE (6,93), Buckeye (6,22), Imperial Brands (5,33)
- Con un 1% del total de cartera: Petrofac (11,61), Inmarsat (8,61), BME (6,90), Macy’s (6,84), Shell (5,84)
- 10% CARTERA DE DIVIDENDOS CRECIENTES. Valores con una intachable e ininterrumpida trayectoria de crecimiento del dividendo en el pasado. Completa actualmente al 33,62% de su tamaño previsto.
- Con un 2% del total de cartera: Roche
- Con un 1% del total de cartera: Sanofi, Compass Minerals, AT&T, DIA
- 10% CARTERA VALOR. Acciones que tengan un gran potencial de revalorización y no encajen en las otras carteras . En esta cartera se espera el índice mayor de rotación. Completa en un 64,49% de su capacidad.
- Con un 3% del total de cartera: General Electric
- Con un 2% del total de cartera: Babcock, CVS Health (de dividendos crecientes hasta hace pocos meses)
- Con un 1% del total de cartera: Aviva, Sonae, China Mobile, Shire, Dialog Semiconductor
- 10% CARTERA TEMÁTICA. Acciones pertenecientes a sectores con un gran potencial de desarrollo futuro, según mi visión. Actualmente pienso en: energías renovables, aeronáutica, agua, robótica, etc. Completada hasta el 28,51%.
- Con un 2% del total de cartera: Figeac Aero, United Utilities
- Con un 1% del total de cartera: Siemens Gamesa
- 10% CARTERA PERMANENTE. La idea es agrupar aquí holdings y algunos ETFs de aristócratas del dividendo. Cartera actualmente vacía.
- 10% CARTERA INMOBILIARIA. Valores de REITs, Socimis y ETFs relacionados con el mercado inmobiliario. Completada hasta el 36,40% de su dimensión futura.
- Con un 3% del total de cartera: OHI
- Con un 2% del total de cartera: HCP
- Con un 1% del total de cartera: National Retail Properties, VNQ
A pesar de toda esta diversidad de carteras, el proceso de selección de valores tiene un marcado carácter Value. En el segundo semestre del año he comprado sólo valores con un gran margen de seguridad (descuento mínimo sobre su valoración correcta de un 15%, y si es mayor de un 20%, mejor), independientemente de la sub-cartera a la que fueran asignados. Las acciones de la cartera selecta OCU o la cartera compra OCU que no están presentes, es por razones de precio, si no tienen descuento suficiente, no las incorporo de momento.
Cuando una acción está sobrevalorada, aunque sea ligeramente, o alcanza su valor justo de cotización, es susceptible de entrar en una rotación, siempre que haya una alternativa interesante y con suficiente margen de seguridad. En este sentido se explican muchos de los movimientos de cartera de este año, dando salida a valores de gran calidad pero escaso recorrido, a la sazón, como Johnson & Johnson, Coca Cola, Pepsi, Procter & Gamble, Disney, Colgate, para dar entrada a otros como Macy’s, Ford, Target, L Brands, Amgen, Gilead, muchos de los cuales me han dado un gran rendimiento aunque ya hayan salido de la cartera por completar la mayor parte de su último ciclo de subida.
Aunque la composición de la cartera es muy variable en el tiempo (en 2017 he generado casi 500 movimientos), es bueno hablar de rentabilidades para sacar conclusiones. A continuación se muestran las rentabilidades mensuales, trimestrales, semestrales y anual del año que finaliza:
RENTABILIDAD CARTERA 2017
MENSUAL TRIMESTRAL SEMESTRAL ANUAL
Enero: -1,13% Q1: +7,01% H1: +4,91% 2017: +5,12%
Febrero: +6,73% Q2: -1,49% H2: +0,16%
Marzo: +1,08%. Q3: -0,09%
Abril: -0,25%. Q4: +0,25%
Mayo: -0,02%
Junio: -1,13%
Julio: -0,41%
Agosto: -5,40%
Septiembre: +6,08%
Octubre: -1,05%
Noviembre: -1,23%
Diciembre: +2,59%
La verdad es que un 5,12% de rentabilidad anual no es para estar excesivamente satisfecho, y más teniendo en cuenta cómo se han movido los índices durante el curso. Como se puede observar toda la rentabilidad se ha obtenido en un primer trimestre muy bueno.
En contraste con esta modesta rentabilidad global, el flujo de caja generado por la cartera ha sido importante, alcanzando el 14,09% anual sobre el promedio de la valoración total de la cartera. Esta liquidez proviene fundamentalmente de tres fuentes:
- Dividendos: 18,83%
- Plusvalías: 67,83%
- Opciones (venta puts): 13,32%
De esta liquidez he utilizado para vivir aproximadamente el 62% y el 38% restante ha sido reinvertido.
Las causas de este rendimiento inferior al del IBEX necesitan ser analizadas detenidamente, pero la causa principal y última ya la conozco: mis propias decisiones de inversión. No hay que darle más vueltas, asumo las consecuencias de mis actos y no hay que buscar excusas, aunque sí intentar mejorar. Es cierto que las divisas, fundamentalmente el dólar, me han afectado bastante este año, pues llevo aproximadamente un 30% de la cartera en dólares y otro 30% en libras. Naturalmente, lo que en un año pueden ser divisas en contra, en el siguiente lo pueden ser a favor. Como decía José Mota: “las ovejas que entran por las que salen”. El efecto divisa no me preocupa especialmente a largo plazo.
Hay un claro contraste en rentabilidad entre la parte de la cartera que he movido más (lógicamente se recogen los frutos de los mejores árboles y se quedan sin recoger los de los peores) y entre la parte más estable, que ha cosechando en algunos casos importantes descensos de cotización. Actualmente, tengo al conjunto de mi cartera americana con un -8,50% de rentabilidad, y al conjunto de mi cartera británica con un -11%. Hay que percatarse del sesgo negativo de estos datos, puesto que los mejores cosechas ya se recogieron en ambos mercados. Utilizando esta estrategia, lo normal es que la cartera esté casi permanentemente en rojo, y hay que estar preparado psicológicamente para ello.
Mis peores inversiones del año han sido Pearson (qué lejos me parece que está ya), TEVA, General Electric y Seaspan. De otros sustos, como Ericsson, logré escapar con plusvalías. Hay que ser precavido con los promedios a la baja. Antes me había fijado el límite de sólo doblar posición y llegar a un 2% por valor sobre el total de la cartera, últimamente he aumentado ese límite y me permito hasta cuatro compras, para llegar con un valor hasta el 4% de la cartera como máximo. Pase lo que pase, no subo de ahí. La acumulación de estos valores “momentáneamente perdedores” puede explicar también la baja rentabilidad. Lo normal es que remonten, porque son empresas de calidad, pero nadie puede asegurarlo. También pueden tardar varios años, como es previsible que ocurra con General Electric, por poner un ejemplo, si es que ocurre. En cualquier caso insisto en la importancia de poner un límite a los promedios a la baja: tengo un amigo que estaba promediando a la baja siempre que podía con Popular, y, como podéis imaginar, ya no tiene nada que promediar.
Lo que sí que puede resultarme algo inquietante es haber reducido mi patrimonio en algo más de un 3% al finalizar el año. No creo que esté en peligro mi equilibrio financiero para el resto de mi vida, pero debo ser cauto pues tampoco tengo tanto margen en exceso. Resulta algo chocante esperar una bola de nieve creciente, y ver cómo, en vez de eso, va perdiendo alguna capa.
Por otra parte, comprobar el flujo de caja que puede generar la cartera me resulta tranquilizador. Precisamente basándome en eso, este año he viajado como si no hubiera un mañana, pasando hasta un total de 7 meses del año fuera de casa, con lo que ello representa de gastos no forzados. Tampoco hay por qué hacer esto todos los años, hay un término medio, pero vaya, creo que no me gustaría que mi agenda de viajes me la tuviera que marcar la fluctuación del mercado de divisas. En cualquier caso, parece prudente evitar, en la medida de lo posible, que haya nuevas disminuciones de patrimonio.
Saludos y ¡Feliz año 18 para todos!