Para mi, el verdadero drama de lo que comentas es que el expolio tributario no se limita al empleo, sino que está presente en todas las facetas del día a día.
Me parece buena la idea de que la nómina refleje todos los conceptos para cualquier trabajador, pero también debería explicarse a cada usuario que acude a repostar gasolina que la mitad de lo que ha pagado por llenar el depósito son impuestos, no dinero que se queda Repsol ni Shell ni BP; lo mismo para el que compra una cajetilla de tabaco; el recibo de la luz, por supuesto el IVA, etc…
Considero que el verdadero “mérito” del Estado es haber conseguido crear una red de aplicar impuestos, de la que nadie escapa pero que sin embargo la gente no es consciente de hasta que punto se nos exprime.
Y para concluir no puedo evitar poner un ejemplo concreto de algo que sufro yo y mis clientes día a día:
Supongamos que un particular viene a mi despacho porque tiene un determinado problema (por ejemplo, quiere eliminar la cláusula suelo de su préstamo hipotecario), total, que me abona los honorarios pactados y vamos a juicio. Si la Sentencia condena al banco demandado a pagar las costas del procedimiento, el cliente recuperará el dinero gastado. Pues bien, a ese hecho de recuperar el dinero previamente gastado Hacienda lo considera una ganancia patrimonial, obligando al cliente a tributar. Mientras que el gasto inicial en abogado no es desgravable ni similar.
Y por supuesto, de lo que me paga el cliente yo pago el IRPF y repercuto el IVA correspondiente, por lo que el Estado acaba cobrando dos veces por lo mismo. Ah, y el porcentaje de IVA es el 21%. Porque para las mentes pensantes de este país un concierto tiene que ir al 10%, pero pleitear al 21%…