Compartir el retorno de capital. En la economía cada vez más digital, los bienes de capital se producen de forma cada vez más colectiva, pero sus ganancias siguen siendo privatizadas. A medida que Europa progresa tecnológicamente, debe implementar políticas para compartir entre todos sus ciudadanos los dividendos procedentes de la digitalización y la automatización con tal de evitar el estancamiento y el descontento.
Las economías de Europa se están estancando porque durante demasiado tiempo la gestión macroeconómica ha sido subcontratada a “tecnócratas” que no rinden cuentas. Ya es hora de que la gestión macroeconómica sea totalmente democratizada y situada bajo el escrutinio de la gente soberana.
Plan de inversión financiado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y BCE 500.000M€, con el objetivo de que sirva también para impulsar la transición ecológica. Relacionar las operaciones de la banca central con programas de inversión pública y las nuevas plataformas de pagos digitales (que ponga fin al monopolio de los bancos sobre los pagos de Europa).
El mantra del ecologismo a costa de emitir mas deuda.
Acabando en otra gran idea:
Arreglar el euro . Salvar la Eurozona al poner fin a la austeridad autodestructiva y minimizar el coste de su desintegración en caso de que suceda.
Convertir la riqueza en inversión. El futuro de Europa depende de la capacidad de emplear la riqueza que se acumula en Europa y convertirla en inversiones hacia una auténtica economía ecológica, sostenible e innovadora.
Lo que importa no es el impulso de la “competitividad” de un país europeo en relación a otro país europeo , sino el incremento de la productividad en sectores ecológicos en todas partes.
Beneficios que obtenga el BCE a programas antipobreza.
Sistema para “reconvertir” gran parte de la deuda pública de los estados europeos con créditos blandos del BCE.
Banca pública , a la reestructuración de las deudas privadas (impidiendo, por ejemplo, los desahucios) y la puesta en marcha de un Tesoro Europeo con capacidad de invertir y de un Fondo de Riqueza Ciudadano que incluiría activos adquiridos por bancos centrales, acciones de Ofertas Públicas de Venta (OPV) e ingresos provenientes de los derechos de propiedad intelectual que distribuiría anualmente un “dividendo ciudadano universal” a todos los europeos.
Abastecimiento de bienes básicos. Todos los europeos deberían disfrutar el derecho a los bienes básicos (p. ej. nutrición, alojamiento, transporte, energía) en su país de origen, junto al derecho al empleo asalariado, contribuyendo así al mantenimiento de sus comunidades a la vez que reciben un salario que alcance para vivir, el derecho a la vivienda social decente, a una educación y sanidad de alta calidad y a un medioambiente sostenible.
El BCE tiene que soportar todo esto, la ecología, el dividendo, la banca pública, la vivienda…