Aviso: diarrea mental que espero tenga un poco de coherencia. Ni por asomo os esperéis algo de la calidad de @ciguatanejo.
El otro día, tuve una conversación en el trabajo con un conocido. Este año le había ido muy bien y su empresa había vendido mucho, pero eso había implicado que él (responsabe de posventa) había tenido que viajar mucho. Y eso significa no estar en casa. Con dos niños pequeños. Su mujer enfadad siempre, y al parecer la suegra ya casi vive en su casa para ayudar, porque él está mucho de viaje.
Y hablamos de si eso merece la pena. Ganar mucho dinero algunas veces a cambio de llegar a casa y ser recibido con quejas, recriminaciones y mal humor. Porque al final, si la cosa acaba en divorcio, todos pierden, y el dinero que ganes va para la manutención, alquiler de nueva casa y a empezar otra vez. Pero eso sí, sin parar de viajar porque hay que ganar el dinero para pagar.
Pienso mucho en cómo cambian las cosas cuando pasas de ser soltero o pareja libre a tener hijos. Te cambia la vida de arriba a abajo y necesitas todavía más tiempo, a menos que trabajes para pagar a otra persona que se encargue de tus hijos (mucha gente así).
Otra conversación: una administrativa se va a incorporar al trabajo de la baja maternal y todavía no tiene dónde dejar al bebé. En el trabajo no se puede llevar. Situaciones así, a porrón.
¿Cómo se las arregla la gente con trabajos de 8 a 20h?. No es una pregunta agradable.
Todo eso viene a que , quizá desde mi corto descanso, vengo pensando en temas así. Mido las cosas en tiempo más que en dinero y en las ganancias secundarias: si estoy más en casa o menos; si voy a disfrutar ese tiempo o no; si me merece a pena el dinero o me permito prescindir de él.
También he notado un cambio de mentalidad en la gente desde el confinamiento de 2020. Aquello fue un cortocircuito. Un parón que rompió las rutinas establecidas durante años y ha calado. Porque, aparte de la “gran renuncia” en USA, aquí también empiezo a ver en gente de distintas edades el valorar el tiempo personas y familiar por encima de otras cosas. Un cambio en el orden de prioridades.
No sé si la crisis que viene, se espera, ya estamos en ella o a saber, cambiará esto y hará que una vez más volvamos a agachar la cabeza. Siempre depende de las circunstancias de cada uno. En mi caso, no creo que deje de mirar hacia delante en vez de abajo y dejar claras mi prioridades.
No obstante, ha sido una decepción ver que lo que produce la cartera no es suficiente ni de cerca para los gastos que tengo (voluntariamente aceptados). Según SSD sólo con la reinversión de dividendos, el objetivo está cumplido (qué buenos son los cálculos en el excel o cualquier hoja similar), pero eso implica que no hay salida hasta los 60 años.
Así que de momento, trabajo con ganas recuperadas, intento disfrutar de lo que hago y parar los pies a quien cruza la línea. Mantengo la reducción de jornada, que uso para descansar, poder ir al gimnasio, ver amigos, estudiar y comer con mi mujer. No sé si en unos años habrá posibilidad de reducir más los días de trabajo, no lo creo posible porque eso te aisla de la coordinación de casos e implicación en la unidad además que legalmente no hay opción salvo cuidado de hijos o de mayores.
Respecto a la cartera, todavía no he tomado decisión. Viraje a Canadá, traslado de parte de broker España, dejo de comprar y acumulo cash por lo que venga, busco yield para acelerar el tiempo hasta objetivo, abrimos fondo indexado… pppffff. Bendito problema.
Y todo esto también ha surgido a raíz de la esperada y magnífica actualización del hilo de @mr-j, el cual hace un par de años meses se unión al club de la paternidad responsable. Así que imaginaos cómo me van las sinopsis últimamente