Cómo España ha asumido el problema del trabajo precario
Un país famoso por la temporalidad experimenta con nuevas modalidades de contrato para impulsar el empleo indefinido
… Pero ahora España, el símbolo del trabajo precario, está tratando de poner fin a todo eso. Y hasta ahora, sus esfuerzos parecen notablemente exitosos…
Hasta el año pasado, es decir, cuando el gobierno de izquierdas de España se propuso “recuperar los derechos de los trabajadores sin perjudicar a las empresas” en un acuerdo que triunfó con la patronal y los sindicatos. Las nuevas reglas, que comenzaron en 2022, tenían como objetivo poner fin al uso de contratos temporales consecutivos y hacer que los nuevos trabajos permanentes sean la regla y no la excepción. Se introdujo un nuevo “contrato indefinido para trabajo intermitente” para empleadores en sectores estacionales, según el cual el personal permanecería vinculado a la empresa cuando terminara la temporada y volvería a llamar cuando se reanudara la demanda.
Jorge Uxó, profesor de economía de la Universidad Complutense de Madrid, me dijo que el impacto de la reforma ha sido “extraordinariamente positivo” hasta el momento. La proporción de empleados con contratos temporales cayó del 26 por ciento en 2021 al 18 por ciento a fines del año pasado, no muy lejos del promedio de la eurozona del 14,6 por ciento. Para los menores de 30 años, la tasa cayó del 58 por ciento en 2021 al 39 por ciento…
Esto no ha sucedido a través del despido masivo de trabajadores temporales, como fue el caso después de la crisis de 2009, sino más bien en un momento de creación general de empleo. Entre el cuarto trimestre de 2021 y el cuarto trimestre de 2022, el número de trabajadores con contratos temporales se redujo en 1,2 millones, mientras que el número de trabajadores con contratos indefinidos aumentó en 1,6 millones.
Esto también debería ser bueno para la economía en general. Una investigación del Banco de España muestra que las personas con contratos temporales en España tienden a gastar una porción menor de sus ingresos que las personas con contratos indefinidos. El aumento en el número de trabajadores en trabajos estables debería ayudar a impulsar el gasto de los hogares, dijo el banco central.
Hay algunas advertencias. Se podría argumentar que los nuevos contratos “indefinidos intermitentes” no son mucho mejores que los contratos temporales, ya que las personas que los contratan aún no tienen ingresos seguros. En contra de eso, Uxó y otros economistas dicen que otorgan más derechos a los trabajadores y que, de todos modos, solo representan una minoría de los nuevos contratos permanentes.
La gran pregunta es qué viene después. España todavía tiene una proporción bastante alta de trabajo temporal y las reformas aún no se han probado en una recesión. También es demasiado pronto para saber si impulsarán la formación y la productividad a largo plazo. Rafael Doménech, jefe de análisis económico del banco BBVA, dice que el “balance es positivo” hasta el momento y demuestra “la flexibilidad y capacidad de adaptación de las empresas” a las nuevas reglas. “Pero hay muchos otros aspectos en los que el jurado aún está deliberando”.
No obstante, quizás haya una lección más grande aquí. Durante la última década, se ha puesto de moda ver el aumento de la inseguridad como una consecuencia natural de los cambios en el trabajo del siglo XXI. Pero en España, al menos, resulta que no fue una inevitabilidad económica a la que los políticos tuvieron que adaptarse. Era solo un problema que tenían que arreglar.