Saludos de Xturix

Hola Miguel Ángel:

Compras lo mismo inmediatamente después de vender, en un minuto, con lo que vas a tener el mismo número de acciones, y el mismo dividendo, solo que ya has pagado tus impuestos por la plusvalía acumulada. El precio lógicamente no va a ser muy diferente del de venta.

Saludos

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Vale, ya lo pillo

Estaba mezclando cuentas.

El unico cambio es que la RPD disminuye pero obtienes los mismos dividendos.

Perfecto

Y si me apuras la RPD solo disminuye sobre el papel. Nada te impide considerar que las acciones que mantienes son las que compraste en el primer momento, a pesar de ese mínimo lapso de tiempo sin ellas…

Saludos

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Hola Xturix,

Influenciado por tu hilo me puse manos a la obra con la operativa Greenblatt pero solo duré seis meses. Varios fueron los motivos:

  1. Me quedé sin ingresos de trabajo durante un cierto periodo de tiempo, tuve que apretarme el cinturón y centrarme exclusivamente en la operativa DGI
  2. Algunas de las empresas que seleccioné durante ese semestre seguro que forman parte del Top 10 de peores inversiones del 2019 (Nektar Therapeutics, United Therapeutics, Finjan Holdings, Tupperware). Vamos, que tengo el dudoso honor de ser el peor lanzador de dardos del año.
  3. Me consumía bastante tiempo leer sobre las empresas de la formula mágica (entender a que se dedicaban y sus expectativas, mirar ratios básicos,…)

¿Cómo te la apañas para dedicarle poco tiempo a esta operativa?

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Hola Ruindog:

Compartimos algunas desastrosas inversiones en esta estrategia. Concretamente Nektar, United Therapeutics y Finjan. Pero te diré que estás no han sido mis peores. Si te has fijado en mi cartera, todavía conservo las dos primeras.

Mi opinión es que, de seguir esta estrategia, hay que hacerlo casi de forma automática. No las podemos tratar como al resto de nuestras empresas porque no son iguales. No creo que tenga mucho sentido dedicar muchas horas a estudiarlas antes de comprarlas, ya que, según el filtro que uses, deberías estudiar 30 ó 50 empresas para comprar solamente 2 ó 3 cada vez, lo que es una inversión de tiempo totalmente desproporcionada. Y tampoco le veo demasiado sentido a hacer un seguimiento exhaustivo después de comprarlas, si la estrategia dice que se mantengan un año pase lo que pase, pues no habría que darle muchas vueltas más.

Yo le dedico realmente poco tiempo a esta operativa. Concretamente sobre una hora al mes para actualizar mis puntuaciones en la tabla personal con los parámetros que puntúo a la hora de escoger las nuevas, y el tiempo que tarde en vender las que toquen y comprar las nuevas, quizá unos 5 minutos más en total.

Tendría que dedicar más tiempo si decidiera “mejorar” a Greenblatt cortando pérdidas o recogiendo beneficios, a no ser que lo hiciera también de forma automatizada. Imagino que la estrategia de Greenblatt, como él la expone en el libro, está pensada para aplicarse sin necesidad de tener grandes conocimientos y para que esté al alcance de todo el mundo. Pero es posible que con un poco de ojo y experiencia se pueda mejorar, aunque ese mismo ojo podría también echarla a perder…

Te cuento lo que me pasó con Stamps. Como ya dije se me dobló en cuatro meses. Aunque pocos años antes había cotizado mucho más alto, todos los informes serios que empecé a leer cuando se disparó indicaban que sus perspectivas eran muy malas y que estaba enormemente sobrevalorada. Así que decidí vender la mitad y “jugar” ya gratis el resto del año. Se quedó plana, en un lateral, un par de meses más. A finales de año tenía que venderla para ajustar mi fiscalidad y generar plusvalías, lo hice, y a la hora de recomprarla, intuí que era mejor comprar una distinta, que es lo que hice. Tengo la sensación de no haberme equivocado, pero en teoría debería haberla mantenido hasta junio…

El ejemplo contrario es Sorrento. Cuando la compré parecía la joya de la corona y todos los analistas hablaban maravillas de ella como clara candidata a multibagger. Tras unos meses la tenía en -70%, de repente, en un par de días, enloqueció y se me puso en +20%. Ya está aquí empezando el multibagger, pensé, y decidí no venderla a pesar de su dudoso comportamiento en mi cartera. Se pasó la euforia y cuando salió de la cartera la tenía en -36%. Desde muy pronto tuve la sensación de haberme equivocado al no vender cuando pude.

Estos dos ejemplos opuestos indican que con este tipo de empresas no hay forma de hacer ningún tipo de predicción pues es inútil. No responden a un comportamiento medianamente lógico.

Como comenté antes me estoy planteando si reducir pérdidas llegando a un punto, porque la probabilidad de recuperación (estadísticamente con mis datos) es pequeña. Pero ¿qué hacer con las ganancias? Habría que conformarse con un 30%, un 40%, un 50%? Son decisiones difíciles y lo mejor creo que sería seguir una pauta predeterminada de forma totalmente automatizada.

Una posibilidad de hacer esta estrategia menos volátil, que no significa más rentable, sería jugar con la capitalización al seleccionar. Yo compro empresas de todos los tamaños, incluso del mínimo incluido en la fórmula. Si uno quiere limitarse a empresas más serias puede poner la barrera que quiera. Por ejemplo fijando 10000 millones como capitalización mínima salen empresas en la fórmula como: Abbvie, Altria, Amgen, Biogen, Bristol-Myers, Cardinal, Cisco, CVS Health, Oracle o Kraft Heinz. Es cuestión de gustos, quizá cada uno pueda encontrar su color…

Saludos

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Aquí estoy, fiel a mi cita semestral para intercambiar impresiones sobre lo ocurrido en estos dificilísimos meses en mi cartera. Naturalmente, todo ha estado marcado por el tsunami del coronavirus, tanto en lo relativo a la economía en general, a nuestras inversiones, a nuestro modo de vida, y a la salud, que es claramente lo más importante de todo.

Deseo sinceramente que ninguno de vosotros se haya visto afectado de cerca por el virus, pero será difícil no conocer algún caso dentro de nuestro círculo social. Creo que me puedo considerar afortunado pues en mi familia solo se ha visto afectado uno de mis tíos que, a pesar de su avanzada edad y de haber necesitado oxígeno, pudo superar la fase aguda de la enfermedad, aunque está arrastrando secuelas cuya relevancia es prematuro valorar. Por otra parte, los dos suegros de un buen amigo, murieron por el dichoso virus con una semana de diferencia entre ellos. Tremendo.

Durante el confinamiento he tenido mucho tiempo para el pensamiento creativo y se me han ocurrido muchas ideas, tanto para mejorar mi casa como en lo referente a inversiones. Lo de la casa me ha sorprendido mucho porque creía que ya había exprimido al máximo su funcionalidad, sin embargo he implementado notables mejoras. En cuanto a mis inversiones, sí que era consciente de que mi margen de mejora es muy amplio y he decidido hacer cambios. Mi conclusión es que siempre se puede mejorar y que, por muy bien que vayan las cosas, es estimulante buscar formas alternativas de actuar y de enfocar los asuntos. Es precisamente ese espíritu inconformista e innovador, y no el aferrarse a las tradiciones consolidadas del pasado, lo que ha permitido históricamente el progreso de la humanidad.

Centrándome ya exclusivamente en el tema de las inversiones, el período ha sido muy intenso desde el punto de vista formativo. De marzo a mayo habré asistido fácilmente a unas 10 conferencias semanales on line sobre inversiones. Conferencias de todo tipo: mercados, fondos, macro, fundamental, técnico, empresas… Unas más interesantes que otras, pero todas me han aportado algo.

Toda esta tormenta de ideas externas, junto con mis propias experiencias y convicciones, y la disponibilidad de más tiempo para rumiar conjuntamente todo ello, ha dado como resultado el reforzamiento de algunos planteamientos generales:

  1. Si los mercados se mueven, los inversores se tienen que mover con ellos. Me parece absurdo permanecer impasible. Ni de lejos puede ser la mejor estrategia. Y esto no quiere decir que tengamos que adivinar el sentido del mercado, que es imposible, ni que tengamos que perseguirlo arriba y abajo con la lengua fuera. Resulta simplemente coherente tener cierta capacidad de adaptación a las circunstancias cambiantes.
  2. Una estrategia basada exclusivamente en dividendos me parece muy sospechosa. Ya estamos viendo ahora su talón de Aquiles. La lista de acciones que han recortado o eliminado el dividendo necesita varios folios. Solo dentro de mi cartera, hasta 27 empresas lo han hecho, y no descarto que se me haya escapado alguna. Sí, sí, me hablareis de que lo bueno es la estrategia DGI, basada en las empresas buenas que los suben siempre, las aristócratas, y estoy de acuerdo en parte. El pequeño problema es que para vivir de empresas como JNJ, con un dividendo fiable pero bajo, se necesita invertir más de un millón de euros. Yo desde luego estoy muy lejos de esa cantidad. Enhorabuena a quien lo tenga.
  3. La indexación tampoco es la solución definitiva. Si se observan gráficos de índices amplios en el tiempo, se puede ver cómo incluso los considerados mejores, como el SP500 con su impecable trayectoria alcista reciente, puede pasarse 15 años en pérdidas después de una crisis. Esto solo se lo puede permitir un inversor muy joven que empiece con la inversión ya desde su primer sueldo. Desde luego este no es el perfil más habitual de inversor.
  4. El resto de estrategias principales comúnmente aceptadas, como el valor o el crecimiento, tampoco funcionan consistentemente en todos los períodos, y como muestra de ello basta pensar en la trayectoria de los fondos de valor de los afamados gestores españoles (AzValor, Cobas, Magallanes, etc) que llevan una racha en los últimos años que le ponen los pelos de punta a cualquiera.
  5. El trading no lo considero personalmente ni siquiera como una estrategia válida para obtener la independencia financiera. Incluso en el supuesto de que pudiera funcionar de manera consistente en el largo plazo, que los hechos parecen indicar lo contrarío, mi concepto de la independencia financiera no pasa por estar 8 horas al día estresado delante de una pantalla. Creo que antes de eso preferiría tener un trabajo normal aunque no me gustase demasiado.

¿Qué hacer entonces? ¿Hay que dejar de invertir? No, no lo creo. A nivel teórico lo que intuyo como mejor es una especie de multiestrategia, muy flexible, que se vaya ajustando ágilmente a los sucesivos cambios, previsibles o no, que suceden en los mercados. Se trataría de estar sentado ante el inmenso teclado de un piano pero tocar solo aquellas teclas que suenen mejor en las circunstancias de cada momento.

¿Y cómo se hace eso? He pensado bastante sobre ello durante estos meses. Una primera idea de partida podría ser la Cartera Permanente:

(¿Qué es la Cartera Permanente?).

Como ya sabéis, se trata de estar siempre invertidos en cuatro tipos de activos, descorrelacionados entre sí, lo que garantiza un buen rendimiento a largo plazo. El inconveniente obvio de esta cartera es que siempre hay un grupo de activos que están restando rendimiento al grupo o grupos de activos que funcionan mejor en ese momento. Básicamente es un problema similar al de tener las carteras, o las divisas, cubiertas. En algunas ocasiones va a resultar positivo, pero muchas otras veces va a estar lastrando la rentabilidad.

Un intento de mejorar la Cartera Permanente es una estrategia del tipo GAA (siglas de Global Asset Allocation). En estas estrategias se tienen varios tipos de activos, desde 3 hasta 20 o los que se quiera, en los que se puede estar invertido o no (en liquidez) según las circunstancias. Sería algo así como disponer de un cuadro eléctrico con múltiples interruptores e ir encendiendo y apagando zonas en función de las necesidades. Me resultó fascinante descubrir esta idea durante una conferencia de José Luis Cárpatos, en ella citó unos trabajos que tuve la feliz ocurrencia de estudiar:

https://www.traders-mag.es/ebook/2019/09/TradersMagazine2019/assets/basic-html/page-20.html#

Fue como una especie de revelación. Desde entonces mi visión de las inversiones es totalmente diferente. Básicamente estás invertido donde y cuando debes estar, y te sales en los momentos oportunos. No suena mal, ¿no?

El siguiente paso fue adaptar una estrategia de este tipo a mis características personales. Como no soy muy partidario de tener grandes cantidades en liquidez, busqué la forma de evitar esa posible situación. La solución fue, en vez de tener activos que están simplemente o invertidos o en liquidez, proporcionar un toque personal a la estrategia y considerar para cada tecla del piano, no un único activo sino un grupo de ellos, y estar invertido, si las circunstancias lo aconsejan, en el mejor de ese grupo en ese momento. Si ninguno de los cinco activos fuera favorable, entonces si se estaría en liquidez.

Finalmente, había que acomodar esa nueva estrategia dentro de mi cartera preexistente, pues los cambios de rumbo drásticos y revolucionarios pueden ser arriesgados y costosos. Es mejor encontrar una armonía tratando de integrar, si es posible, lo que anteriormente podía ser valioso. Y sin perder de vista un esquema de multiestrategia que me proporcione la necesaria diversificación en estrategias.

Paso a detallar, entonces, la estructura y composición actual de la cartera. Se divide en tres grandes grupos de activos. La estructura está clara, aunque ponerles nombre es algo más difícil, pero necesario para una explicación más clara. Las tres carteras serían algo así como: móvil, permanente e intermitente.

  • CARTERA MÓVIL. La considero una cartera de estilo VALOR, aunque actualmente tiene un claro sesgo defensivo. Formada solo por acciones. Muy fácil de seguir y de entender. Simplemente es una copia directa, con equiponderación, de todas las acciones presentes en la cartera “Experto en acciones” de la OCU y de todas las acciones que la OCU tiene en consejo de compra. Sus movimientos por tanto reflejan los movimientos que va haciendo la OCU con su cartera y sus cambios de consejo. Aunque el listado sea fácilmente accesible lo incluyo para vuestra comodidad: Vodafone, Iberdrola, Engie, National Grid, Exxon, Intel, IBM, Applied Materials, Corning, Accenture, Schnitzer Steel, AXA, Aegon, UBS, BMW, TEVA, Novartis, Sanofi, Novo Nordisk, Roche, Kraft Heinz, Nestlé, Coca Cola, BNP Paribas, Bouygues, Check Point, Euronav, Medtronic, Melexis, REN, Schneider, Sonae y Telefônica Brasil.

CARTERA PERMANENTE. Como indica su nombre en principio sería para prácticamente no tocarla, tipo B&H. Estaría compuesta por tres subcarteras: Megatendencias, Calidad y Dividendos.

La subcartera Megatendencias estaría formada básicamente por fondos y en la actualidad está vacía. Sería una cartera de tipo CRECIMIENTO.

La subcartera Calidad englobaría acciones DGI de contrastada categoría. Es una cartera de DIVIDENDOS. En ella están ahora solamente los dos únicos aristócratas del dividendo españoles: Enagás y Red Eléctrica.

La subcartera Dividendos estaría formada por acciones con un dividendo alto (mayor del 5%). Sería entonces del tipo DIVIDENDOS. Su composición actual es: Endesa, Naturgy, Telefónica, Repsol, Renault, WPP, Daimler y G4S. Es obvio que algunos de estos valores han suprimido o reducido el dividendo o se han pasado al script, por lo que su ubicación actual aquí está ya injustificada e irán saliendo progresivamente.

CARTERA INTERMITENTE. Aquí es donde encaja la cartera GAA (unos 2/3 del total de esta cartera) y la cartera Greenblatt, seleccionada usando la Fórmula Mágica, para el tercio restante.

Hace unas semanas comenté en el hilo sobre fórmula mágica del foro que había iniciado en marzo una cartera Greenblatt experimental, con una inversión muy pequeña. Este es el enlace al hilo:

Esta cartera es de tipo puramente ESPECULATIVO. Elijo empresas desde el mínimo de capitalización que permite la fórmula: 50 millones. La empecé en marzo y ahora tengo en cartera: AMC Networks, Barrett Business, Biogen, Korn Ferry, MSG Networks, Mesabi Trust, Omnicom, Perdoceo, Points y Xerox. Fuera de esta cartera pero también con carácter puramente especulativo, relacionado con el virus, llevo Sorrento y Gilead.

Desde este mes estoy empezando otra cartera Greenblatt con empresas más grandes (capitalización mínima 9000 millones), y una inversión más potente. Mis dos compras de julio han sido Altria y Philip Morris. Esta cartera se puede considerar de VALOR, aunque de momento su RPD es del 7,8%. Tampoco hay que hacerle ascos a eso.

Las carteras GAA, como explican muy bien los trabajos que he citado antes, permiten un diseño totalmente personalizado, a gusto del inversor, pudiendo considerar diferentes tipos de activos en ellas. Esta cartera se puede considerar de MOMENTUM. El instrumento de inversión que utilizo para ella son ETFs, mucho más ágiles a la hora de rotar y también mucho más baratos que los fondos.

Esta es la distribución y evolución de mi GAA desde su nacimiento tras el desastre del coronavirus:

La estructura son 7 compartimentos, equiponderados excepto el último que pondera doble. Los tres primeros compartimentos (Inmobiliario, Metales y Renta Fija) están descorrelacionados respecto a los cuatro últimos que son puramente de renta variable. Hay que decir que la descorrelación entre la RV y el Inmobiliario no es muy fuerte, sería una situación intermedia.

En la tabla se muestran los símbolos de los ETFs que utilizo y su distribución geográfica. La parte de Renta Variable tiene un compartimento de RV global, otro de RV americana, otro de RV europea y el compartimento más grande de RV emergente y de países desarrollados de otros bloques.

Los colores son intuitivos. El color rojo muestra que hay que estar fuera de ese activo, y el color verde que se puede invertir. Los dos tonos de verde distinguen entre la inversión ya realizada (verde oscuro) e inversiones con señal de entrada pero que ya tienen su espacio cubierto, en verde más claro.

Como puede observarse en los compartimentos, hay dos que están en liquidez (Inmobiliario y RV europea), y los otros cinco están ahora mismo invertidos. En renta fija los 5 ETFs dan señal de compra, pero la inversión está hecha en el que parece más fuerte, que es el de RF gubernamental USA. Del mismo modo, tres metales dan señal de compra, pero el oro es el más fuerte y está invertido desde el principio. Igualmente, las inversiones en RV están activas en Nasdaq, Momentum global, Suecia, Escandinavia, China y Taiwán.

Nunca pensé que diría esto, pero los criterios de entrada y salida se obtienen mediante análisis técnico, utilizando gráficos mensuales y la Media Móvil Simple de 10 sesiones. Está explicado perfectamente en el artículo citado de Cárpatos en la revista Trader de Noviembre de 2019. He estudiado muchos gráficos con este sistema, tanto con ETFs como con acciones individuales y tengo que reconocer, como científico, que la fiabilidad es sorprendente. Por eso digo que mi perspectiva global ahora es muy diferente a la de antes de la crisis.

Estoy mucho más tranquilo ahora con mi cartera que antes del desplome. El coronavirus me pilló cargado hasta las cejas de acciones tipo valor, y con muchas puts vendidas, y los daños han sido considerables. Mi independencia financiera no peligra, pero se ha visto seriamente dañada. Tengo el convencimiento de que la mejor actitud no es quedarse impasible como un saco terrero recibiendo los golpes, por eso creo que mi cartera está ahora mejor preparada para lo que pueda venir, segunda ola del coronavirus incluida.

Por último, como soy una persona positiva, espero que GAA signifique para mi cartera “Genial Asignación de Activos”, y no “Grotesca Asignación de Activos”. Pero esto solo el tiempo lo dirá.

Un saludo y … precaución con el virus.

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Puffff vaya por delante mi agradecimiento por compartir todo tu proceso de inversión. He tenido que releerme varias veces el último mensaje para no perderme … viendo que haces revisiones semestrales me hacía suponer que no es una gestión muy activa la que haces, o mejor dicho, la que venías haciendo. Porque con el giro que has dado eso parece que ya no va ser así. Y es ahí donde quería ir, tú mismo comentas que no te haría mucha ilusión vivir pegado a la pantalla para seguir una gestión basada en técnico, pero con la distribución que has hecho no se yo si va a haber mucha diferencia … Tres carteras, una de ellas con tres subcarteras, y otra cartera más con otras ¿Tres Subcarteras? (GAA, y dos Greenblatt) y la GAA controlando casi 50 ETF’s … Solo se me ocurre pensar que en un futuro, si Dios quiere y por el bien de todos, esperemos que en algún momento se consiga solucionar el problema de la pandemia ya sea vía vacuna eficaz o vía tratamiento médico eficaz, y si eso es así, no se dispondría de todo el tiempo que el confinamiento y el estado de alarma, además de la propia precaución personal reduciendo salidas en muchos casos, ha proporcionado en estos últimos meses y quizás entonces el seguir y estar encima de una estructura tan ramificada y numerosa se puede hacer más complicado.

Con respecto al método de gestión aplicado en la GAA, no seré yo precisamente el que vaya a renegar de un sistema basado en AT, pero he creído entender que lo que buscas es reaccionar adecuadamente en tiempo y forma a los posibles vaivenes del mercado, como lo acontecido con la Covid-19, y para eso quizás un TF mensual, por mucho que la SMA sea de un periodo corto, no te permita reaccionar adecuadamente en tiempo y te termine llevando a remolque en “eventos” como el que hemos vivido. Si la idea es moverse en tendencias que vayan más allá del medio plazo, o variaciones cíclicas o estacionales, intentando asemejar un control más secular un TF tan alto me parece válido, pero si lo que se busca es reaccionar a variaciones más bruscas y rápidas que pueden dañar una cartera de forma importante como tú mismo has comentado que te ha ocurrido (y como nos ha ocurrido a todos) no creo que ese tipo de espacio temporal en el control pueda ser eficiente.

No sé, igual mañana releo y no se me amontona tanto, pero ahora mismo lo que me viene a la cabeza es el riesgo de sobreoperar, además del excesivo impacto en comisiones/gastos que puede llevar aparejado una distribución así.

Y que conste que no es una crítica como tal, sino simplemente compartir un punto de vista al respecto y por supuesto con todo el respeto del mundo sin ningún ánimo de molestar.

Un saludo.

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Hola ciguatanejo:

Gracias por comentar. En primer lugar aclarar que lo que hago semestralmente es el “informe” en este foro. Las carteras están continuamente en evolución y hacía cambios, más o menos frecuentes, cuando creía que tocaba. Ahora el proceso va a ser más automático y va a haber que pensar menos.

No hay que dejarse impresionar por el número de activos en cartera. ¡Realmente ahora tengo muchos menos activos que en otras épocas! Y además, si te fijas bien, es muy fácil de controlar todo y de hacer los cambios en su momento. Realmente va a ser la cartera más tranquila y simple que he tenido nunca. Veamos:

En la cartera móvil hay pocos cambios. Simplemente tengo que seguir los que haga la OCU. No tengo estadísticas, pero a ojo te diría que serán unos 12 cambios al año, como mucho. Para mí esa tasa de rotación, en una cartera amplia, es muy baja. Además, cuando pasa una acción en consejo de compra a su cartera “Experto” yo no tengo que hacer nada, porque ya la tengo en cartera. Y muchas de las que están en la cartera OCU serán válidas para mi cartera permanente, con lo que tampoco tendría que vender aunque la OCU las cambie.

En la cartera permanente, por definición, no hay cambios. Simplemente hay que elegir lo que se compra. Es la cartera B&H de toda la vida. Como ahora está vacía, todos sabemos sin pensar 20-30 valores que podrían estar ahí. Cuando ya haya bastantes, entonces la selección de entrada llevará quizá algo más de tiempo.

La cartera intermitente va en piloto automático. En mis carteras Greenblatt se hacen 2 rotaciones al mes en cada una, después de llevar un año en cartera. En total 4 rotaciones al mes, son unos 4€ en comisiones en DeGiro. En cuanto a tiempo, el listado de empresas lo obtienes en segundos. Aunque podrían elegirse al azar dentro de la lista, yo me lo curro un poco y dedico una media hora por cartera (¡al mes!) a hacer mi selección de acuerdo a criterios personales.

Y la parte GAA de esta cartera también es automática. Tengo guardados en mi configuración de ProRealTime los 47 ETFs y accedo directamente a ellos sin tener que configurar nada nuevo pues los gráficos se actualizan solos. Las señales son tan visuales que en 15 minutos me los he visto todos sin problema. Al estar midiendo impulso de medio plazo, las rotaciones no son frecuentes. Como se puede ver en la tabla todavía no he vendido ningún ETF en estos cuatro meses. En general, mirando gráficos, he podido ver que es habitual que las tendencias duren muchos meses o incluso algunos años. La tasa de rotación tampoco es elevada aquí.

En definitiva, no tengo que estar pendiente de cuando es el momento de comprar o vender. He automatizado el proceso en su mayor parte.

Tienes razón en que con esos parámetros no se reacciona rápidamente a cambios bruscos de mercado, pero se reacciona. Lo del coronavirus ha sido algo excepcional, que quizá no se repita nunca. Una caída tan rápida y vertical jamás había pasado. A pesar de eso, ya a finales de febrero muchos de mis ETF habían dado señales de salida, con lo cual me habría evitado buena parte de las caídas de marzo. Pasa lo mismo con las subidas. Con este sistema te pierdes un pequeño tramo de las subidas y te comes un pequeño tramo de las bajadas, pero la mayor parte del tiempo estás en la tendencia buena, dentro o fuera.

De verdad que esta cartera se gestiona con 4-5 horas al mes, y eso si te quieres recrear en ella, que podría ser menos.

Saludos

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Realmente hay que reconocer que les has dado vueltas y vueltas a tu idea de cartera y definitivamenta sólo con la explicación ya uno se hace a la idea del tremendo curro que ha tenido que tener detrás.

Yo, si me permites, más allá de elegir una estrategia de valor, de DGI, de fondos, de indexados, de las recomendaciones de la OCU, la fórmula Greenblatt o el análisis técnico de Cárpatos creo que lo importante es el tiempo.

Yo es que no conozco atajos ni fórmulas para acelerar o acercarse al objetivo que no es otro que ver nuestro patrimonio multiplicarse por el simple efecto del paso del tiempo.

No sé, veo muchos cambios en cada actualización en base a que sirve o no sirve. Repito, creo que lo importante es ceñirse a una estrategia y ser fiel a ella.

Por lo demás, encantado de volver a verte por aquí. Aún juegas al ajedrez???

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Hola Jordirp:

Completamente de acuerdo que el tiempo es el factor más importante con cualquier estrategia. Ese 1-2% extra de rentabilidad que, con suerte, puedes conseguir de una estrategia a otra, solo es realmente significativo cuando dejas trabajar al interés compuesto el tiempo necesario.

Ahora solo juego al ajedrez por internet. El ajedrez presencial se ha convertido en un deporte de máximo riesgo: saludar al rival estrechando manos, tocar las piezas, respirar a poca distancia del otro durante horas, locales cerrados con mucha gente…, buff. El nirvana de los virus.

Ahora es tremendamente incierto como será el ajedrez del futuro. Ya hay protocolos de actuación para jugar con guantes, mascarillas, protector facial, imposibilidad de pasear, incluso jugar en dos tableros, partidas más cortas (menos tiempo para pensar), llegar con más de una hora de antelación, controles diarios de temperatura y revisión médica antes del torneo… En fin, va a pasar de ser un placer jugar a exigir unas condiciones estrictas de prevención. En esas condiciones ahora no puedo decir si me divertirá jugar tanto como antes. Veremos cómo evoluciona todo.

Saludos

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Madre mía !!! Si todos esos cambios son sólo para jugar al ajedrez, el futuro de cambios que se nos viene encima abruma !!!

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¡Feliz año inversor y personal para todos!

Procedo a detallar mi evolución semestral como inversor y mi balance del año recién finalizado.

Quiero destacar en primer lugar que 2020 ha sido un año muy intenso en el que he aprendido mucho de la gente y de la vida. Creo que además he aprovechado bien la avalancha de seminarios formativos por internet sobre inversión, organizados por Rankia y otras entidades, que me han aportado bastante. Mi experiencia práctica también ha sido muy grande, y a ello ha contribuido que no solo he gestionado mi cartera, sino que he llevado cuatro carteras más, entre familiares y amigos, con lo que mi aprendizaje ha sido prácticamente exponencial.

A nivel personal, mi rentabilidad anual ha sido finalmente de -10,01%. Una rentabilidad muy positiva viendo cómo iban mis resultados tras el coronacrash del primer trimestre, pero muy negativa teniendo en cuenta los posibles resultados de una simple indexación en los índices adecuados (que no en el IBEX35). Me comenta un amigo que una sencilla cartera formada por un 60% de MSCI World y un 40% de Small Caps tuvo en 2020 una rentabilidad positiva de un 6%. ¿No estaremos complicándonos innecesariamente la vida en busca de la mejor rentabilidad? ¿Cuánto tiempo y dinero estamos dispuestos a perder en nuestra personal búsqueda de la verdad? Dejo que cada uno encuentre sus propias respuestas a estas preguntas, pero me estoy planteando que es posible que el minimalismo, menos es más, también pueda funcionar adecuadamente en el mundo de las inversiones.

Respecto a la estructura de mi cartera se mantiene igual en lo esencial. En mi último informe semestral planteaba una distribución en tres carteras principales: móvil, permanente e intermitente. Tengo que matizar ahora que, al menos de momento, la cartera permanente tiene mucha menos importancia por volumen que las otras dos. Pasemos a los detalles:

CARTERA MÓVIL. Mantengo solamente las 22 acciones que la OCU mantiene ahora con consejo de compra. Han salido de mi cartera todas las acciones de la cartera “Experto en acciones” de la OCU con consejo de mantener. El motivo ha sido que era una cartera de mucha calidad, pero excesivamente defensiva. Prueba clara de ello la tuve al comparar la evolución mi cartera con las de mis “clientes” (familiares y amigos), mientras que mi cartera se recuperaba lentamente, las otras lo hacían a mucha mayor velocidad. Yo pretendo tener una cartera equilibrada, pero no defensiva, y menos en una situación que necesita remontada. No tiene sentido poner muchos defensas en el campo cuando vas perdiendo el partido…

La composición actual de esta cartera es la siguiente: ENGI, SAN, SU, AD, NOVN, UBS, IBM, INTC, EURN, MELE, REC, AI, BNP, RENE, SON, SOON, GILD, BLK, MDT, PFE, VIV, y CHKP.

CARTERA PERMANENTE. Como he comentado antes, estoy más centrado en las otras dos carteras. A pesar de eso, algo tengo en ella: el fondo de Nordea sobre cambio climático (Global climate and environment fund - LU0348926287), y como acciones DIS, IBE y REP. Conjuntamente representan menos de un 7% de toda mi inversión total.

CARTERA INTERMITENTE. Esta cartera tiene dos ramas, la más estable es la AGA (Asignación Global de Activos o Global Asset Allocation -GAA- como es normalmente conocida en inglés) y la más movida es la rama Greenblatt (Fórmula Mágica) que requiere dos rotaciones mensuales sobre una cartera de 24 valores.

Mi subcartera AGA consta de un máximo de 20 ETFs seleccionados por momentum desde 9 grupos diferentes de activos. En total hay 74 ETFs dentro de esos grupos, y el rango de inversión, dependiendo de la situación de mercado, oscila entre 0 y 20 de esos ETFs. Podría darse el caso, aunque la probabilidad es muy remota, de estar completamente en liquidez.

Detallo la composición de los diferentes grupos de activos. Con negritas se destacan las inversiones activas a día de hoy. El número que aparece antes de cada grupo de activos indica la cantidad máxima de ETFs de cada categoría en los que me permito invertir simultáneamente:

(2) RENTA FIJA: VUTY, LQDA, IS0R, EUNH, IBCX (Corporativa Europa), XG7S (Gubernamental Global).

(2) METALES: PHAU, PHAG (Plata), IS0E, PHPD, PDPT, OD7C (Cobre).

(1) INMOBILIARIO: IPRP (Europa), IWDP, IUSP, IASP.

(2) RV GLOBAL: IWDA, ZPRS (Pequeña Capitalización), XDEM, PADV, EMRG, CEMG (Consumo Emergentes), SPYV.

(2) RV USA: VUSA, UST, SPY4, R2US (Pequeña Capitalización), UBUT (Calidad), USDV, UIMP, QDVA.

(2) RV EUROPA: EUEA (EUROSTOXX50), LGQG, EXSA, UIMR (Responsabilidad Social) UIM2, CEMR, EUDV, ZPRL.

(1) RV UK: XDUK, SPYF, UKSR (Responsabilidad Social), UKDV.

(4) RV PAÍSES: H4ZP, IQQK (Corea), IQQT (Taiwán), EXXY (Japón), IBC6, CEBB, OMXS (Suecia), CN1G, DBXS, IBCJ, LTPT, 540F, INR, IQQ5, LYXI, CEBG, XSAF.

(4) RV SECTORIAL: EXV2, IQQI, XDWU, WNRG, WFIN, WCOS, WTCH (Tecnología), 2B76 (Robótica), WHEA, WTEJ, ISPY, SPAG (Agricultura), IQQQ (Agua), 2B70.

En relación a la cartera Greenblatt, me estoy centrando en empresas de una capitalización mínima de 9000 millones $. La composición actual de esta cartera es: MO, PM, AMAT, INTC, CVS, ABBV, WBA, MRK, CAH, BIIB, ABC, SJM, CTSH, EBAY, VIAC, KHC, CI, MCK. En abril me tocará comprar las dos ultimas para completar el ciclo de un año y alcanzar los 24 valores. Ya se iniciará en mayo el consabido proceso de dos rotaciones sistemáticas mensuales.

VENTA DE OPCIONES. Además de este núcleo principal de la cartera, que se puede considerar para el largo plazo, necesito obtener de algún sitio la liquidez necesaria para mi vida cotidiana. Para ello me he olvidado de los dividendos como estrategia básica, pues ya se ha visto este último año que no son tan estables como muchos creíamos, y me estoy centrando en las opciones, mediante la venta de puts, y, en su caso, también de calls. Para ello dedico un capital de unos 25K como garantía para la venta sistemática de puts, sobre diferentes valores y vencimientos, con un apalancamiento razonable de 4-5 veces.

Mi operativa está consistiendo en acumular posiciones con posibles vencimientos de unos 15K para los tres meses siguientes (en este caso serían Ene21, Feb21 y Mar21); vencimientos de unos 20K para dentro de 6 meses (Jun21) y vencimientos de unos 30K a 9 y 12 meses vista (Sep21 y Dic21). Solo opero con valores europeos, más líquidos y con mejores primas que los españoles del MEFF. Entre mi lista de valores para esta operativa se encuentran: AD, AI, AIR, MT, CS, BAS, BAYN, BMW, BNP, CA, DAI, BN, DBK, DPW, DTE, EOAN, ENGI, FRE, INGA, ORA, PHIA, RWE, SGO, SAN, SU, GLE, FP, URW, DG, VIV Y VOW3. Ahora mismo tengo comprometidos 120K en vencimientos, lo que me da un apalancamiento de 4,8 veces respecto a los 25K destinados a ello.

Respecto a la rentabilidad de esta operativa es muy buena. El resultado neto del año han sido 15K ganados en primas. Si tenemos en cuenta que disponía de un capital de 25K, pues podría pensarse que la rentabilidad es de un 60%. Aunque matemáticamente esto no se calcule así, el resultado práctico ha sido ese. Y eso teniendo en cuenta que el año ha sido de los malos porque me comí enterito todo el destrozo del coronavirus. De los 10K utilizados en el año para cerrar posiciones, 7K han sido para solucionar los desplomes ocasionados tras la crisis sanitaria, es decir, para solucionar una situación extraordinaria. De haber sido un año normal, sin tener que emplear esos 7K, me podía haber ido a 22K netos en primas, que con el cálculo grosero sería un 88% de rentabilidad.

Precisamente el principal problema de los derivados, y por lo que hay que controlar escrupulosamente el apalancamiento, es la posibilidad de un movimiento repentino de la bolsa. En marzo me pilló excesivamente cargado de opciones vendidas y me costó muy caro solucionar el desaguisado. Puede decirse que la mayor parte de las ganancias las he conseguido en la segunda mitad del año, cuando la bolsa ha ido mejor y además he mantenido a raya el apalancamiento.

COMPARATIVA ENTRE DIFERENTES ESTRATEGIAS.

Aprovechando mi situación de gestor de varias carteras me ha parecido un ejercicio interesante realizar una comparativa entre las diferentes estrategias que he estado utilizando para mis “clientes”. Para ello, voy a considerar únicamente el periodo que va desde el 1 de abril hasta el 31 de diciembre. La razón es que solo de abril en adelante he estado utilizando algunas de las estrategias, y, por tanto, no me parecía correcto hacer cálculos de rentabilidades anualizadas para unas estrategias solo en los tres últimos trimestres y para otras estrategias en el año completo, habiendo estado presente un evento tan inusual como el desplome causado por el virus durante el primer trimestre.

Los siguientes datos son rentabilidades ya anualizadas, pero calculadas exclusivamente desde el 1 de abril hasta fin de año:

FÓRMULA MÁGICA (Greenblatt): 3,88%
AGA (Asignación Global Activos): 8,09%
OPCIONES (Venta de puts): 23,52%
DIVIDENDOS: 13,19%
OCU (Acciones consejo compra): 14,75%
VALOR: 9,77%
VALOR + MOMENTUM: 15,93%

Por supuesto, soy plenamente consciente de que 9 meses para valorar una estrategia es muy poco tiempo. Por otra parte, lo que yo considere como valor, dividendos o valor más momentum, otras personas podrían encuadrarlo en otra categoría. Este ejercicio no deja de ser algo absolutamente subjetivo. Incluso aunque todos coincidiéramos en las acciones que pertenecen a uno u otro grupo, el simple hecho de haber elegido unas acciones u otras, o de mantenerlas más o menos tiempo, ya estaría alterando estas rentabilidades de una u otra forma. Digamos que estos han sido mis resultados personales, con ciertas estrategias manejadas según mi criterio. He realizado el ejercicio de la comparativa de rentabilidades durante los últimos 9 meses y quería compartirlo con vosotros por si a alguien le pudiera resultar útil, aunque no creo que tenga demasiada trascendencia por el momento.

Y esto es todo por ahora. Como siempre, estaré encantado de contestar a cualquier comentario o sugerencia. Desearos un gran año 2021, y mucha sensatez, tanto para la vida en general, como muy especialmente en lo referente a la situación sanitaria.

Saludos

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La verdad, cada día lo pienso más.

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Hola lomejorporllegar:

Pues sí, es como para pensárselo. Tenemos que ser objetivos. Las matemáticas no engañan.

Antes de hacer la pequeña comparativa de estrategias que he mostrado, en mi mente mis impresiones apuntaban a otra cosa. Tengo que confesar que los números me han sorprendido mucho. Esperaba menos rentabilidad para las estrategias de dividendos y valor, y más para fórmula mágica y AGA. Mi mente estaba convencida de eso, pero por intuiciones, por apariencias, puede incluso que por simpatías…

Vale la pena hacer un esfuerzo en ser objetivo. La ciencia no miente y los números nos indican lo que sucede.

Saludos

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Hola Xturix,

Me he leído hoy del tirón tu hilo, y al hacerlo así he podido ver claramente la evolución de tu estrategia.

Si no lo he entendido mal, hubo un momento en el que vendiste buenas acciones de dividendo por estar sobrevaloradas, tipo JNJ o MCD. Luego las volviste a comprar? Has calculado cómo iría tu rentabilidad si hubieses mantenido las acciones en cartera?

Aunque entiendo que es difícil de calcular, porque quizá no hubieses podido incorporar nuevas si no las hubieses vendido.

Hola Shallan:

Muchas gracias por leer el hilo entero. Espero que no te hayas aburrido mucho y que te haya aportado algo interesante.

La verdad es que una vez que vendo una acción no me preocupo excesivamente en comprobar si la decisión fue acertada o no, en términos de realizar un seguimiento estricto de su posterior rentabilidad. Lo hecho, hecho está y no suelo dar muchas vueltas a las decisiones tomadas. Todas las decisiones son correctas, para el protagonista, en el momento de tomarlas. De no pensar eso, se hubiera tomado otra decisión, lógicamente.

Como bien planteas, además, siempre reemplazo un valor por el siguiente. De hecho, en primer lugar elijo lo que voy a comprar, y una vez que estoy suficientemente convencido, es el momento de vender y de utilizar esa liquidez para la nueva compra. Con este procedimiento es realmente difícil calcular las rentabilidades hipotéticas. Alguna vez lo he intentado, pero era una misión imposible. El principal problema es que no es simplemente reemplazar un valor por otro. Al segundo valor le sigue un tercero, y luego un cuarto, y se va abriendo un abanico de decisiones sucesivas en el que es muy difícil llegar a cifras concretas.

Tengo que confesar que al principio, debido a mi formación en este blog, entre otras fuentes, me costaba muchísimo desprenderme de acciones como JNJ o KO. La sensación era la de estar cometiendo un sacrilegio, entrar en territorio tabú, o perpetrar una fechoría imperdonable. Y todavía hoy tengo que pensar más de lo normal antes de vender acciones de ENG o REE dándome un 8% de rentabilidad por dividendo.

Pero creo que es un error fijar limitaciones a tu propia mente. Si se observa bien, incluso JNJ o KO tienen sus ciclos dentro de su gran estabilidad. Lo más importante es estar convencido de lo que se hace y, sobre todo, no hacerse daño uno mismo, y no castigarse en ningún caso después de cada decisión tomada.

Dentro de mi evolución, ahora estoy en un punto en el que considero que el momentum es algo realmente fundamental. Tengo un grupo de trabajadores a mi servicio, que son mis valores, mis unidades de inversión. Su trabajo consiste en divertirse haciendo surf. Cuanto más se diviertan, cuantas más olas cojan, más dinero ganan para mí. Yo tengo que organizarles, como administrador del equipo que soy, y tengo que decidir a qué costas les envío y en qué momento. Tengo muy claro que no me interesa distribuirlos por todas las playas del planeta y mantenerlos con su neopreno en el agua esperando a que vengan las olas. Me interesa mucho más elegir los lugares y momentos donde mi equipo de surfistas tiene que divertirse y ganar dinero para mí. Por ejemplo, nunca les enviaré a hacer surf al Mar Menor, por mucho viento que haya. Y aunque ocasionalmente les pueda enviar al Mediterráneo, nunca les voy a dejar allí esperando con la tabla, les enviaré cuando crea que pueda haber olas interesantes. Naturalmente, les enviaré con mucha más frecuencia al Océano, y allí también tendré que elegir los lugares y momentos más adecuados. Y cada año a partir de noviembre, una buena parte de mi equipo tiene que estar en Nazaré. Es evidente que eso va a ser lo mejor para ellos y para mí.

Por supuesto, en inversión no siempre vamos a saber con antelación dónde van a estar las mejores olas, por mucho que sigamos los partes meteorológicos. Pero una vez que sabemos que las hay, podemos actuar para mandar allí a nuestro equipo, con la mayor celeridad posible, aunque no estemos en el agua desde el primer momento.

Saludos

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Gracias por la reflexión, me parece muy acertada, aunque obviamente requiere de muchos más conocimientos que la selección de valores DGI/value y por tanto lo veo como algo que pocos amateurs podríamos hacer. En cualquier caso, seguiré muy atenta a tu hilo para ver la evolución de tus carteras y estrategias.

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Hola Shallan:

Yo también soy amateur, no tengo ningún superpoder especial. No es algo tan difícil, creo que con interés y ganas de aprender está al alcance de cualquiera. Lleva lógicamente su tiempo aprender y hay que ir formándose poco a poco, como en todo. Y para eso estás aquí, en el mejor sitio. La mayoría de cosas que pueda saber las he aprendido con este blog y este foro.

Cualquiera que sea tu estrategia preferida creo que es susceptible de mejorar si le das además un toque final de momentum.

Imagina que inviertes en Valor. No es lo mismo comprar empresas infravaloradas y tenerlas en cartera unos años sin moverse o incluso bajando, que comprarlas cuando el mercado ya ha empezado a reconocer su valor. Si compras cuando ya tienen momento, a lo mejor ganas algo menos dinero porque te has perdido algo de subida, pero en mucho menos tiempo que si empiezas a esperar y no sabes hasta cuando. Las rotaciones las harás más rápido y tu cartera debería ir mejor. Y eso sin olvidar, que hay empresas que no suben al final. Si las has seleccionado por momento a estas ya las has eliminado.

Si inviertes en DGI ahí lo más más importante es el precio y la calidad, pero si las compras en buen momento vas a poder conseguir un colchón de plusvalías que te va a servir de margen extra de seguridad, además del ánimo reconfortante de ver la cartera en verde desde el principio. El aspecto psicológico también es importante.

Saludos

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Hola a todos:

Añado aquí un nuevo capítulo semestral a mi evolución como inversor, centrándome más en estrategias, tipos de activos e ideas sobre inversión, que en rentabilidades y datos más concretos, pues eso es más significativo en los balances a cierre anual.

Mi cartera no ha cambiado mucho en estos meses, pero sí que ha experimentado una profunda reestructuración a nivel teórico. Es decir, sin necesidad de hacer cambios en la cartera, salvo algunos retoques, los activos que tenía los he reorganizado mentalmente, y el resultado está más cerca de lo que considero una distribución equilibrada, diversificada y con una gestión del riesgo adecuada a mis circunstancias personales.

Básicamente, manejo tres tipos de activos:

  • Liquidez, destinada en su mayor parte a cubrir las garantías de mi cartera de opciones, el principal soporte de mi IF.
  • Acciones, en esencia todas las recomendadas por la OCU y las que forman parte de mi cartera Greenblatt de fórmula mágica.
  • ETFs de todo tipo (renta fija, materias primas, inmobiliarios y de renta variable atendiendo a diferentes criterios) que constituyen la base de mi principal estrategia, basada en momentum.

La distribución general de activos actual queda reflejada en esta gráfica.

Durante estos meses se han ido consolidando en mi mente algunas ideas que venían rondando desde hace algún tiempo. Algunas de ellas pueden parecer algo chocantes para este foro:

1) Es absolutamente genial aflorar minusvalías.

Naturalmente, es mejor no tenerlas, pero si se producen, lo que es inevitable tarde o temprano, lo mejor es aflorarlas inmediatamente con decisión.

El corona crash de la primavera pasada nos ha dado una ocasión única para hacer esto. En mi caso, he aflorado unas minusvalías brutales que me van a permitir estar durante cinco años sin preocuparme por las plusvalías que genere, ya que las podré compensar y no tendré que tributar por ellas.

Sé que para algunos esto es un anatema y que es difícil tragarse el sapo del orgullo herido. ¿Cómo voy a asumir que me he equivocado? Nuestro ego podría impedirnos actuar así, aunque objetivamente sea increíblemente ventajoso. Realmente considero al ego como uno de nuestros mayores enemigos (y no exclusivamente en inversiones, sino en otros muchos aspectos de la vida), al que es esencial tener bajo control. Yo creo que ya lo he conseguido, posiblemente con la ayuda del ajedrez, y me parece que lo tengo domesticado y reducido a su mínima expresión, hasta dejarlo justo en lo imprescindible para sobrevivir y evitar ser pisoteado, que es el único sentido evolutivo que puede tener semejante personaje…

La típica excusa de que mis acciones desplomadas van a remontar y que es mejor resistir se desmonta fácilmente. ¿En serio creéis que el único modo de remontar es con las acciones que os han dejado el agujero en la cartera? Eso es lo que os quiere hacer creer vuestro ego, pero no es así. De hecho me deshice de todas y las cambié por otras que también tenían perspectivas. El resultado es que he recuperado todo lo perdido en la primavera pasada y tengo una reserva fiscal bestial para los próximos años, la jugada ha salido perfecta. Si no las hubiera aflorado, también habría recuperado casi todo, pero sin disponer del comodín fiscal. No hay color.

2) ¿Dividendos? No, gracias….

Al menos en situación de IF. Cuando ya vives de tu cartera no son, ni de lejos, la mejor opción para conseguir la liquidez necesaria para afrontar tus gastos. Por supuesto es posible vivir de ellos, pero se necesita una cartera de un tamaño muchísimo mayor que si usas otras alternativas.

Y su problema no está simplemente, que también, en su intrínseca inestabilidad y en la posibilidad de que sean reducidos o eliminados. El año 2020 fue un dramático ejemplo de esto, principalmente en España y Europa, donde multitud de compañías disminuyeron o cancelaron el dividendo. Incluso en un mundo perfecto en el que todas las empresas tuvieran dividendos estables y crecientes habría, en mi opinión, estrategias mejores para obtener la liquidez para los gastos diarios. Lo explicaré.

Los principales problemas son de índole fiscal. Una vez que no tienes ingresos por trabajo la retención en origen sobre los dividendos se pierde íntegramente. No existe la posibilidad de recuperar ni siquiera el 15% establecido en los convenios internacionales, puesto que no te han retenido nada previamente y no hay cantidad de la que deducir ese 15%. Por supuesto ni hablar de ese exceso de retención que en teoría se puede reclamar a las respectivas haciendas locales. Mejor no perder tiempo. La retención en origen sobre el dividendo se pierde en su totalidad, sin remedio. Y, por supuesto, no vamos a poner ridículas cortapisas a nuestra cartera limitándonos a invertir en España y UK para evitar la retención en origen…

Sobre la retención sobre los dividendos, ya en España, también existe un problema fiscal, relacionado con el coste de oportunidad. Como es sabido retienen el 19%, de la cantidad entrante, en el momento de recibir el dividendo. En una situación de IF, dependiendo del flujo de dividendos, lógicamente, es posible recuperar una parte muy considerable de esta cantidad, incluso algunos años he llegado a recuperarla totalmente. Pero el problema son los plazos: por ejemplo, mi devolución del IRPF del ejercicio 2018 me llegó el 1 de enero de 2020, apenas unas horas antes de tener derecho a cobrar intereses de demora. Teniendo en cuenta que algunos de los dividendos los cobré en enero de 2018, Hacienda ha estado disponiendo de mi dinero durante casi 2 años. Y durante un año entero, en el mejor de los casos, para los dividendos cobrados a finales de 2018. ¡Esto es un coste de oportunidad tremendo, pues estás entre uno y dos años sin tu dinero, con un rendimiento cero y asumiendo encima la erosión de la inflación!

Pero los inconvenientes fiscales no acaban aquí. Consecuente con lo que he planteado antes, estoy en trance de reducir mis ingresos por dividendos. El año 2020 ya he logrado cobrar “solo” 5553€ de dividendos. Mi mínimo personal y familiar para cubrir mis necesidades básicas, que Hacienda descuenta de los ingresos, era de 5500€. Menuda sorpresa me he llevado cuando he visto que RentaWeb, antes de descontarme el mínimo personal, ¡me ha compensado automáticamente el 25% de mis dividendos con las minusvalías generadas como pérdida patrimonial! Entonces me ha contabilizado unos 4165€ como ingresos por dividendos y me ha “volatilizado” 1388€ de mi reserva de minusvalías para compensar en años sucesivos. Por supuesto no tiene sentido y es injusto, aunque sea un caso muy particular debido a la similitud de las cifras de dividendos y mínimo personal, pero no he visto la forma de arreglarlo y ha tenido que quedar así…

3) El caos como fuente de inspiración.

En agosto de 2020 interrumpí brevemente mi IF (bueno realmente no la interrumpí, pero decidí trabajar por algún tiempo). No se podía viajar, no había torneos de ajedrez, con lo que mis principales actividades estaban paralizadas. Llevaba meses encerrado en casa, solo saliendo a pasear por el campo. No me aburría, pues nunca lo he hecho, pero un mensaje del SEPE pidiendo rastreadores COVID para Madrid despertó mi vena solidaria y me animé a echar una mano.

Como biólogo y virólogo me cogieron enseguida, aunque no creo que sean requisitos imprescindibles para el puesto, pero bueno. Una semana después estaba trabajando con un contrato de cuatro meses. Lo que me encontré en Salud Pública madrileña me horrorizó tanto que dimití al tercer día: ni esperaban nuestra llegada en el centro de trabajo, ni tenían mesas ni ordenadores para nosotros, ni estaba previsto un mínimo de formación… A matacaballo, nos pusieron como pudieron en ordenadores y mesas de funcionarios de baja o de vacaciones, mezclados entre los funcionarios de carrera, sin especiales medidas sanitarias y con una desorganización inexplicable. Rápidamente comprendí que el rastreo estaba en el quinto quintil de prioridades para la Comunidad de Madrid y que el riesgo de infectarse en el trabajo era además bastante alto. Cuando al tercer día vi que las cosas no cambiaban y que se me había olvidado dejar una orden de venta puesta por la mañana, aprovechando además que faltaba un ordenador para uno de nosotros, resolví el problema logístico dimitiendo en ese mismo instante.

En los siguientes días me sentía muy extraño. Por supuesto estaba deprimido por lo que vi y por lo que ello significaba para la pandemia en Madrid, y como virólogo estaba todavía con los pelos de punta por la escasa importancia que se le daba al rastreo. Pero el trabajo era bueno, las condiciones socio laborales eran excelentes, exceptuando quizá la protección a la salud del trabajador. Lo cierto es que me quedé tocado por haber renunciado a un sueldo de 2500€ mensuales brutos, ya prorrateadas las pagas extra. Con ese dinero de los cuatro meses, prorrogables además, se habría podido hacer alguna que otra inversión interesante…

Para salir de esa nube, decidí moverme para ganar todos los meses esos 2500€ de liquidez a través de mi cartera. Desde marzo estaba muy pasivo, el impacto del coronavirus sobre mi patrimonio fue terrible y aunque mi IF no corría peligro, sí que todo estaba muy cerca de las líneas rojas de no retorno. No es que estuviera asustado, pues mi perfil de riesgo, alto, no había cambiado. Lo que sí estaba es todavía algo aturdido, sin ese ímpetu interior que te motiva a actuar y buscar alternativas. Gracias a la Consejería de Sanidad de Madrid por darme el estímulo que necesitaba…

4) Las opciones como generadoras de liquidez.

Son mucho mejores que los dividendos. A diferencia de lo comentado antes, el dinero de la venta de opciones lo tienes en el bolsillo en el primer minuto. Lo reinviertes, te lo comes, te vas de viaje, lo que sea, pero al principio del proceso. Las cuentas con Hacienda las saldas entre 6 y 18 meses después. Es la situación completamente opuesta a la anterior, le hemos dado totalmente la vuelta a la tortilla.

Naturalmente, antes hay que formarse y cometer muchos errores en la práctica. Hay también que controlar la codicia, porque es un dinero muy fácil, que se puede conseguir cuando se necesite y, según para quién, esto puede ser realmente peligroso. Es esencial controlar el apalancamiento, aunque se tenga más capacidad operativa. Hay que espaciar los vencimientos, distribuir los riesgos de ejecución en paquetes pequeños (diversificación) y no permitir nunca que la siguiente ejecución pueda ser mayor que el total de tu liquidez. Así por lo menos me organizo yo.

Controlando todo esto se puede llegar a un apalancamiento razonable, en la práctica, de unas cuatro veces. Es decir, tener en vencimientos, espaciados en el tiempo, aproximadamente cuatro veces más que el capital reservado como garantías.

En caso de apuro, siempre se puede rolar la posición, es decir, cerrar la operación abierta y abrir otra con un vencimiento posterior. El concepto de rolar realmente es engañoso, lo que se está haciendo es asumir una pérdida, que puede ser compensada, o no, con una nueva operación. Pero psicológicamente tener la opción de rolar, si las cosas van en tu contra, siempre supone cierto alivio.

Por otra parte, se puede operar con opciones sobre muchas acciones, y otros activos, pero yo solo lo hago con empresas cuidadosamente seleccionadas. Por ejemplo, he comentado antes que casi todas las acciones de la cartera son las recomendadas por la OCU, pues bien, algunas no las tengo compradas sino que las opero solo vendiendo puts sobre ellas. Entre este grupo están: Engie, Air Liquide, Sanofi, Schneider, Ahold Delaize, BNP Paribas y Arcelormittal. Es decir, si se ejecutan las opciones, voy a ser dueño de acciones que tendría en la cartera según otra de mis estrategias, lo que no supone un problema en absoluto. A veces las tengo físicamente en cartera y otras no, pero siempre estoy trabajando sobre ellas. No me limito a operar con este grupo, pues lo hago con más, aunque les doy preferencia a estas sobre otras acciones, siempre que las primas me parezcan interesantes.

Si se controla el apalancamiento y la propia codicia, operar con opciones tiene, en mi opinión, menos riesgo que tener las acciones en cartera. Si el precio va en tu contra, la situación es comparable a si posees unas acciones y el precio va cayendo, no hay ninguna diferencia conceptual. Y además se tiene la opción extra de cerrar la operación, perdiendo una cantidad similar, si se prefiere por alguna razón no comprar las acciones. El inconveniente de la venta de puts sobre poseer las acciones es que tu ganancia es asimétrica, es decir se asume el riesgo de pérdida pero no te beneficias de una fuerte tendencia alcista, más allá de que te quedes con las primas, que pueden ser muy suculentas de por sí.

Operando de esta manera puedo decir que en estos diez meses desde mi dimisión he superado el objetivo económico que me marqué, simplemente con las opciones, obteniendo más de un 10% mensual. De hecho, tardaría bastantes años en conseguir una cantidad similar incluyendo tanto los dividendos como las posibles revalorizaciones, en caso de una inversión sobre esas mismas acciones de un modo más convencional.

Soy consciente de que he vivido una etapa de mercado excepcional, en el que todas las acciones estaban remontando desde el abismo, con lo que era fácil quedarse con la totalidad de las primas, con muy pocos sobresaltos. Pero esa misma cantidad invertida en acciones y cogiendo toda la trayectoria alcista me habría rendido considerablemente menos. Para saber si se puede mantener esta rentabilidad en otras situaciones de mercado será necesario esperar a los próximos capítulos, aunque probablemente será distinto, porque la proporción entre operaciones favorables y desfavorables tenderá a equilibrarse un poco.

5) El teclado de un piano como alternativa al Buy & Hold.

Tengo un inmenso piano con un teclado de 135 teclas y, con mis extremidades de pulpo, soy capaz de tocar simultáneamente hasta 40 de esas teclas, o menos si es conveniente, pero siempre únicamente las que suenen bien en cada momento. Estoy describiendo exactamente la mayor de mis estrategias, una estrategia por “momentum” que es flexible, personalizable y rentable. Permite invertir en diferentes tipos de activos, acceder a zonas geográficas específicas y participar en los sectores y tendencias del futuro. Para mí lo tiene todo, y aporta toda la diversificación y seguridad necesaria para una cartera de inversión.

Las 135 teclas son los ETFs que tengo seleccionados por ahora, pues mi lista es abierta y se adapta fácilmente a posibles nuevos tipos de activos que puedan resultar interesantes. La melodía que toco es una estrategia de momentum, en la que solo pulso las teclas en armonía con la situación actual del mercado. Por supuesto, esta estrategia no la he inventado yo. Es una adaptación personal de un artículo que publicó José Luis Cárpatos en la revista Trader y que ya cité en una entrada anterior de este mismo hilo (https://www.traders-mag.es/ebook/2019/09/TradersMagazine2019/assets/basic-html/page-20.html#).

Tiene todo el sentido adoptar una estrategia que tenga en cuenta la situación del mercado, que evoluciona con el tiempo. Si los mercados cambian, nosotros nos tenemos que adaptar, parece lógico y natural. Los coches tienen un volante por algo, pues las carreteras tienen curvas. Mi visión de la bolsa va en esa línea. ¿Se puede ganar dinero comprando y no haciendo nada más? Sí. ¿Es la mejor estrategia? Seguro que no. Basta con coger algunas gráficas y dedicar unos minutos a observarlas para darse cuenta de que nunca puede ser la mejor estrategia. En el muy largo plazo probablemente se va a ganar también, pero no es difícil hacerlo mejor mientras tanto, por ejemplo con algo similar a lo que comenta Cárpatos en su artículo. No es necesario tener los 135 activos candidatos que uso yo, las estrategias más sencillas usan solo 4 activos, o los que se quiera, realmente.

La gráfica siguiente muestra mi actual distribución de los activos de momentum en seis grandes grupos, con su peso relativo. La idea es que, aproximadamente, cada uno de los grupos tenga un peso similar. Esto se conseguirá tras sucesivos rebalanceos. Como comenté anteriormente, no he querido vender y comprar muchos activos para adaptarme inmediatamente a mi nuevo esquema mental. Prefiero hacer una transición “pacífica”, poco a poco, que una revolución. Por eso aprovecharé los reajustes y los relevos, cuando corresponda, para ajustar los pesos relativos entre ellos.

Los grupos de ETFs son los siguientes:

  • Renta fija. En tres categorías: bonos de tesoro USA, RF gubernamental y RF corporativa.
  • Materiales. Agrupados a su vez en: metales preciosos, metales industriales y materias primas.
  • Nuclear. Con las categorías: inmobiliario, RV global y RV USA.
  • RV Europa. Distribuidos entre: índices generales, Euro zona y otras divisas.
  • Geográfico. Con las categorías: Asia-Pacífico, América y otros, y Asia emergente.
  • Sectorial. Con los subgrupos: sectores clásicos, sectores actuales y sectores futuros.

Por supuesto, esta clasificación, como todas, es subjetiva y artificial, pero me gusta mucho la idea de estar tan diversificado como sea posible, pues eso aporta estabilidad y un equilibrio extra a cualquier cartera. Según este método, en el panel de control se dispone de un cuadro de mandos con múltiples interruptores que se van encendiendo y apagando según las circunstancias. Las señales las dan los gráficos mensuales con respecto a la media simple de diez sesiones. Recomiendo la lectura del artículo citado anteriormente, junto a otras referencias contenidas en él, para una comprensión integral del sistema, que no tiene ninguna dificultad teórica y es muy fácil de seguir y aplicar en la práctica.

6) Las acciones de la OCU.

¿Cómo podía integrar, a nivel teórico, todas las acciones con consejo de compra de la OCU, previamente en cartera, dentro de este nuevo enfoque? Tengo que decir en primer lugar que este esfuerzo de encaje tiene sentido desde el momento en que sigo valorando positivamente las recomendaciones de OCU Inversiones. De hecho, me gustan cada vez más, pues en su última actualización de estrategia han explicado que el momentum pasa a tener una mayor influencia en sus recomendaciones de inversión, lo que sintoniza perfectamente con la trayectoria personal que inicié hace ya más de un año.

La solución ha sido inventarme, a nivel simplemente intelectual, tres carteras virtuales en las que distribuir todas estas acciones. Insisto en la idea de que todas las clasificaciones son artificiales, por lo que la mayoría de estos valores podrían ser asignados a uno u otro grupo, e incluso cambiados para rebalancear, en función de las circunstancias. Mi clasificación de estas acciones considera estos tres grupos:

  • Cartera Permanente. Acciones interesantes por Calidad o Dividendos.
  • Cartera Especulativa. Acciones interesantes por Valor o Momento. Aquí se incluyen las de Fórmula Mágica y las acciones obtenidas por ejecución de las opciones.
  • Cartera Modelo. Del resto de las acciones, las que menos responden a los criterios anteriores.

En conclusión.

Con todo lo comentado anteriormente, se puede ver el conjunto de mi cartera de una forma gráfica representado de la siguiente manera:

Mi idea es que los diez grupos tengan con el tiempo un peso similar. No están demasiado lejos ahora, pero en cuanto haya movimientos intentaré que se hagan en la dirección de equilibrarlos.

Deseando a todos un feliz verano y mejores inversiones…

Saludos.

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Lamento que el enlace ya no funcione. Esta es la portada de la revista donde está el artículo que pretendía enlazar. El título del artículo es el que aparece al final de la portada.

Saludos.

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