Puedo entender esta afirmación si eres funcionario. Un amigo que es profesor de universidad y que sabe algo de oposiones y funcionariado me dijo una vez que un funcionario no podía vivir más lejos de 60km de su puesto de trabajo. No se si será cierto.
Para todos los demás, este país se ha ido forjando en base al turismo y todo lo que tenga que ver con algo fijo al suelo. Vamos que lo han pensado bien para freir a impuestos a todo lo que esté atornillado.
España es el páis que más ha quebrado en la historia del mundo, 13 ocasiones desde el siglo XVI.
Es decir, España ha realizado bien sea quiebras totales o quitas parciales como la de Grecia, en 13 ocasiones desde el siglo XVI
La última de ellas fue la deuda Republicana que no se pagó en la postguerra civil, esta hay gente que prefiere no contabilizarla como una de esas ocasiones, porque es muy habitual en las guerras no se pague la deuda del bando perdedor. Y Franco tuvo que hacer una suspensión parcial de la deuda porque no había dinero.
En ese caso hablaríamos de 12 ocasiones.
Así que hemos dicho 500 años, y estamos diciendo 12 ocasiones, pues aproximadamente cada 41 años esto ocurre en la economía Española.
Como la última vez que ocurrió fue la de la postguerra que fue hace unos 80 años, pues ya nos va tocando.
Solo con mirar lo que ha sucedido en Grecia, ver que España es la cuarta economía más endeudada del mundo (deuda pública + deuda privada + deuda bancaria), y pensar en nuestra capacidad de pago, es para reflexionar mucho.
En nuestra época padecemos algo llamado «síndrome del esta vez es diferente»
La bancarrota de las finanzas es casi una tradición histórica española que se viene repitiendo desde el siglo XVI. Nuestro país fue el primero en crear bonos y el primero en dejar de pagarlos.
Hay que remontarse a la época de Felipe II para encontrar la primera bancarrota española. La culpa no fue solo suya. Su padre, Carlos I, se endeudó para obtener el título de Emperador del Sacro Imperio Romano. Firmó unos Asientos (lo que serían bonos hoy día) en los que se comprometía a abonar un principal y unos intereses. La riqueza de las minas de oro y plata o los impuestos que pagaban los españoles, servirían para responder en caso de impago del Rey. Como no podía ser de otra forma, debíamos dinero a los alemanes. Finalmente el monarca arruinó al banquero germano Fugger, así como a los territorios de Flandes y los Países Bajos. En 1557 la banca alemana tuvo que beberse una pérdida de 4 millones de florines, una quita del 40% y un plan de pagos diseñado por el propio Felipe II.