El manejo de hidrógeno es una de las mayores pesadillas de todo ingeniero químico.
El hidrógeno tiene 3 inconvenientes de seguridad muy importantes:
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Es una de las combustiones más perfectas que hay en la naturaleza. Eso hace que la llama casi no se vea y no es el primer caso de gente abrasada por cruzar por delante de una llama en un escape de tubería no visto.
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Es la sustancia química industrial más pequeña. Eso hace que difunda, o sea que se escape, principalmente por juntas pero incluso por los mismos poros de algunas aleaciones metálicas. Esto obliga a una inversión significativa en el diseño y construcción del transporte.
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Es responsable de uno de los fenómenos más peligrosos de corrosión en metales si está presente con pequeñas cantidades de humedad: El HIC (Hydrogen induced cracking) que además puede acabar en fallo catastrófico, es decir al principio no se observa avance de la corrosión hasta que puede ser demasiado tarde.
A todos los que creen que el coche de hidrógeno es el futuro les invitaría a una visita por cualquier complejo petroquímico a que vean las medidas de seguridad que se toman en las unidades de reformado que producen hidrógeno.